Cap 5 Amuletos

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Pequeños símbolos, son muestras de grandes cambios.

Habría sido una noche placentera, llena de festejos y una copa con los amigos, pero algo más rondaba la mente de este pescador.

En un pequeño cuarto en el mismo bar, simple, silencioso y cómodo qué más podría pedir.

Sus paredes de madera chapadas con una pintura blanca descolorida por el paso de los años, viejos marcos y adornos alusivos al mar son un recuerdo de todos los que han pasado por estos lado.

Aunque a veces inquietantemente tranquilo, sobre todo en las noches motivo por el cual todo mundo evitaba navegar esas siniestras aguas.

Cosas que divagaba en la soledad de su habitación mientras contemplaba la hermosa vista del mar, pero esta noche otra visión llegaba a su mente, esa cosa que atrapo por accidente una aberración y le regalo que le vino a ofrecer.

Oscar contempló este viejo dije, parecía de oro pero no tenía el peso de un metal, no era de plástico o un mero adorno de pared era algo que no lo dejaba en paz, era una idea que rondaba por su memoria que no lograba reconocer.

El inconfundible sonido de la madera crujiendo con el paso de un invitado fue suficiente para llamar la atención de Oscar, un simple golpeteo y una voz familiar.

— Sigues despierto — Era la encargada del taller, quien abrió la puerta con cuidado y comenzó a susurrar — shan shan..... chan chan .... tatatata tatattata—

— No de nuevo... No .. detente... — Oscar solo le lanzó una mirada molesta.

— Vamos solo quiero jugar con mi marinero favorito — La chica una joven risueña no muy alta y de pelo azul — Solo vengo agradecerte por los mariscos —

— Cierto las trampas, creo que no sobrevivieron — Oscar mencionó con algo de culpa.

— No te preocupes lo descontare de la paga— La joven comentó.

— Y es todo, generalmente te veo cuando quieres venderme algo — Oscar comentó molesto.

— Bien me atrapaste, acaba de llegar un equipo interesante para que esas trampas llenas de marisco sea más fácil de sacar del mar— La chica sonriente y claramente convencida de la venta se mostró arrogante — Podemos hacer un trato, lo pagas en pequeños abonos y podrás usarlo mañana mismo —

— Estas abusando de tu único cliente— Oscar mencionó sin perder de vista a la esquiva joven.

— Solo me preocupo por tu integridad y se que eso te ayudara mucho— La joven estaba incómodamente cerca del pescador — Que dices? —

— ok ok pero basta de hacer eso — Oscar comentó molesto.

— Si, si como digas ya sabes es siempre agradable hacer negocios con mi mejor cliente — La chica contestó.

— único cliente queras decir — Oscar señalo — y no olvides pagar esta vez los cangrejos —

— Si, si... los anotare en la cuenta — La chica antes de salir miro a Oscar con otra mirada — mañana preparare una gran olla de mariscos, me preguntaba si podrias venir y acompañarme—

— No es otra de tus trampas de venta verdad— Oscar solo sonrió — Ya caí una vez —

— ¿Exagerado, entonces cuento contigo? — Mortimer llevará caracoles y ostiones—

—Bien, si no hay de otra, tratare de llevar algo— La mirada de su invitada nunca era de fiar.

— Excelente, podrias traer un poco de atún, se que mañana tienes el dia libre y podrias probar unos cuantos anzuelos nuevos y un par de trampas, un poco al norte de aquí hay una zona donde los puedes encontrar con mucha facilidad, lo marcaré en tu mapa y no le digas a nadie es un lugar secreto — La chica se retiró del lugar sin darle oportunidad de siquiera objetar.

— espera... joder malditasea Hope— Oscar miro como era utilizado nuevamente por esta embaucadora.

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Oscar madrugó en el muelle con la excusa de no darle oportunidad a la oportunista de traer los nuevos anzuelos y al menos tener así la excusa de no haber atrapado ningún pez como un atún.

pero para su desagradable sorpresa el bote estaba listo, tenía esa nueva grua hidraulica para elevar las trampas para cangrejo y los nuevos anzuelos reforzados, junto a su pequeña estación de pesca o a sí le llamaba a esa silla reforzada.

— Bienvenido, justo a mi cliente favorito — La chica quien era un desastre de manchas de aceite y unas ojeras terribles, estaba tan entusiasmada como siempre con esa taza de café extra.

— No dormiste toda la noche de nuevo, verdad— Oscar miró indiferente a la chica.

— Hey, tengo antojo de esa mariscada y no quiero ser la causa de no lograrlo— La chica claramente temblorosa por la cafeína literal dio una explicación rápida del equipo y se despidió, aún tenía que organizar la comida de esta tarde—

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No fue difícil dar con el supuesto pozo de pesca, un poco al norte de la isla a un par de kilómetros un enorme cráter cuyo fondo era complicado de ver dando esos tintes oscuros al mar.

Esa chica a pesar de ser una genio mecánica era algo excéntrica en ciertos detalles sobre todo para algunas indicaciones, "lo vi en sueños" ella dijo "podía ver los atunes danzando alrededor de esta fosa".

A estas alturas era algo que ya no le daba demasiada importancia o quizás solo lo hacía para asustarlo.

Oscar lanzó un par de trampas para aprovechar el tiempo de pesca y con suerte atrapar algo algo más para la comida.

Los anzuelos estaban listos, arrojó la carnada y espero un poco y comenzó a lanzar los anzuelos, era muy poco probable que alguno de ellos picara, era raro encontrar atun en esta parte del mundo pero hasta ahora podría él estar equivocado y las exageradas teorías de Mortimer tendrían algo de sentido, corrientes marinas, enormes fosos o cuevas submarinas podría ser cualquiera de esas.

Las horas pasaron con una relativa calma. el mar como siempre estaba tranquilo, el cielo despejado y el clima era relativamente agradable cerca del mediodía no había nada de suerte, era algo al azar, solo fue un presentimiento de su amiga Hope pero nada más lejano de eso.

Oscar aprovechó un poco para leer uno de esos libros sobre la región y sus características únicas, y la anormal variedad de fauna que se puede encontrar en esta, por instinto revisó su bolsillo y recordó ese viejo amuleto en forma de estrella — Si eres de la suerte creo que es momento de brillar, no crees? — Oscar le comentó a esta vieja pieza de joyería.

Tras unos minutos estaba por rendirse cuando uno de los anzuelos comenzó a moverse supo que esta vieja estrella dorada era algo especial.

— Vamos, tienes que ser un atún, un enorme y jugoso atún — Oscar tiró de la caña y realmente sintió el poderoso tirón de esta criatura marina, revolcándose con furia bajo esas oscuras aguas, pero su lucha fue en vano en poco tiempo dejó de resistirse y fue arrastrado hasta el bote.

— No puede ser, es enorme — Oscar no tardo y tomó el gancho de la grua hidraulica para levantar a tan majestuosa criatura, era el primer atún que atrapaba y para su sorpresa su amiga no mentía.

Gustoso llevo el pescado a la bodega que curiosamente tenia una nueva cubierta interna y estaba llena de hielo — No puede ser esa mujer no duerme —

Recogió los demás anzuelos y encendió el motor para regresar justo para la comida, no sin antes pasar por ese par de trampas podría haber atrapado algo, el primero estaba vacío, pero el segundo para su sorpresa estaba pesado, demasiado, así que decidió usar la nueva grúa.

Al inicio la trampa empezó a elevarse pero mientras más se enrollaba la cuerda esta iba más lento, se forzaba hasta que noto que la línea estaba siendo tirada, se sentían tirones, Oscar recordó su bueno fortuna del dia anterior y esa aberración, asi que confiando en su presentimiento arranco el bote lentamente para cansar a lo que se hubiera atorado mientras la grúa seguía jalando la línea, ruidos extraños hacia el motor forzando a trabajar.

A escasos metros pudo distinguir algo, era enorme — Que mierda — Era una enorme roca que se había atorado en la línea, era extraña ya que por sus dimensiones sería casi imposible que el hilo aguantara, quería cortar la línea pero algo le decía que tal vez sería su día de suerte.

Las islasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora