"My two daddies"

Nine

A Jack ya la habían dado de alta, no recordaba la mitad de las cosas, no recordaba que había tomado tanto para terminar en el hospital.

Al día siguiente Viktor le pidió disculpas a Gustabo y a Jack por haberle dejado que manejara en el estado que estaba.

El moreno llegó a su casa acompañado de una silla de ruedas que lo llevaba, y de su pareja y hasta que entró y vio a su hijo sentado en el sofá.

El niño se dio la vuelta y se encontró con Jack.

-Papi Jack...- El niño comenzó a llorar porque no había visto a su padre en tan mal estado.

Horacio se bajó del sofá y fue a donde su padre.

-Papá, perdóname por decirte todas esas cosas feas...- El niño jugaba con su manitas.

-No importa hijo, ven acá.- Le estiró sus brazos.

El niño se acercó más y le dio un abrazo a su padre.

-Te quiero, papi-

-Yo también, hijo-

Gustabo estaba por morirse de la ternura.

-Venga abuelo, vamos al sofá.- El rubio pensó por unos segundos mientras miraba a Jack.- Hijo, ¿te molaría ir a quedarte unos días donde el tío Greco?-

-¡Sí!- Dijo el niño emocionado.

-Arregla tus cosas porque te vas de vacaciones a la casa del tío.

-Vamooo'- El niño fue corriendo a su habitación para arreglar su mochila.

El azabache había avanzado y se estaba parando de la silla de ruedas para sentarse en el sofá.

-¡Hostia puta la espalda!- Pegó un grito por el dolor.

-Pero qué coño hace superintendente.- El rubio se acercó a él para ver cómo estaba, pero no se había dado cuenta de cómo había llamado a su pareja.

-¿Y tú qué coño? ¿Volviste a cuando me tratabas de usted?-

El rubio se puso rojo y quedó mirando a su amado.

-Cállate.-

El azabache le agarró la cara para darle un beso.

-¿Así qué quieres que el niño se vaya a donde "tu osito" para que estemos más tiempo juntos?-

-¿Para que quisiera yo estar con un viejo amargado todos estos días?-

-Mh, bueno, entonces le diré a Greco que no se lleve al niño.-

Gustabo le pegó un puñetazo no tan fuerte a su pareja.

-Venga ya, no seas pesao'-

Horacio ya había bajado las escaleras con su mochila y estaba listo para irse, Gustabo ya había hecho la llamada con Greco pero no le había dicho que era para cuidar al niño.

Sonó el timbre de la casa y el rubio fue a abrir.

-Hombre osito, te tengo una sorpresa.-

-Primero que nada, quiero saber cómo está el super.-

-Pasa, pasa.-

Greco al entrar vio al super sentado en el sofá viendo la televisión.

-Hombreee, Jack, ¿cómo has estado?-

-Como el culo.- Dijo aún mirando la tele.

-¿Cómo qué como el culo? Si estando al lado de este bombón no se puede estar mal.- Dijo refiriéndose a Gustabo.

-¿Cómo has dicho?- Dijo Jack con un tono calmado, obviamente lo había escuchado todo.

-Ehh, nada.-

-Venga Greco, que tengo que decirte algo.-

-Venga, ¿cuál es la sorpresa?-

-Te llevarás unos días a Horacio a tu casa.-

-¿Cómo?-

-Que si hombre, ya que les vaya bien, adiós.- Dijo tomando en brazos a Horacio y dejándolo a un lado del barbudo.

-Vamos, tío Greco- El niño salió de la casa y el barbudo lo siguió un poco extrañado.

-Bueno...-

-¡Adiós papis!-

-¡Adiós!- Grito el rubio y Jack al mismo tiempo.

El rubio una vez se habían ido su hijo y su amigo se acercó al sofá y se sentó al lado de Jack.

-Así que, unos días solos, ¿no?-

-Mh-

-Venga, veamos una película.-

-Traete las cervezas que hay en la congeladora.-

-Voy-

El rubio se paró, fue a donde se encontraba la congeladora y saco algunas cervezas.

Las llevo al sofá y comenzaron a tomar mientras veían una serie.

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Oigan bebés, voy a crear una historia nueva, aparte de la de la otra que había hecho, esa la tengo pausada, espero que la nueva os guste y sea de su agrado, bueno, eso. Ai lo biu. 🤭🤭🤭