Two

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-baaaa..baaaa- Balbueceaba el pequeño Horacio en mitad de la sala.

Los meses habían pasado, y Horacio crecía fuerte y sano, ya casi iba a cumplir el año.

El superintendente había decidido que el rubio y su hijo se fueran a vivir a su casa, ¿Y por qué? Supuestamente por más seguridad.

El de ojos azules se encontraba en la habitación de invitados que Conway tenía para que él se pudiera quedar.

No se sentía muy bien, sentía que no era un buen padre, sentía que no merecía ser feliz, sentía que algún día el mundo le quitaría lo que más quería...a su hijo, y al superintendente.

El moreno se había terminado de duchar, y se dirigió a su habitación para ponerse un pantalón, hasta que escucho unos sollozos que provenían de la habitación de al lado.

Por más seguridad, llevo a Horacio con el en brazos y se dirigió a la habitación donde se encontraba Gustabo.

Tocó la puerta dos veces para luego escuchar un "Pasa".

-¿Gustabo?- El tono en el que Jack hablaba no era el de siempre, era uno suave y que te transmitía paz.

-¿S..si?- Dijo el pequeño rubio mientras se limpiaba las lágrimas traicioneras que caían por su rostro.

-¿Por qué lloras?- El azabache de todos dejo a Horacio en la cama para poder acercarse más al rubio.

-N..no estoy llorando, mira que lindo es Horacio, ¿No crees?- Intento de cambiar el tema el rubio.

-Gustabo.-

-Jack.-

Era la primera vez que Gustabo llamaba por su nombre a Conway.

-Pe..perdón, no deb...- Dijo algo nervioso

-No te preocupes, me gusta como suena si es que lo dices tú.-

El rubio se puso rojo a más no poder y el azabache tenía sus orejas rojas.

A todo esto, Jack no llevaba nada arriba, su torso estaba completamente desnudo y solamente traía puesto un pantalón.

-Ahora si, ¿por qué lloras?- Dicho esto se acercó al cuerpo del otro y lo abrazó por los hombros.

-Es que, Jack, no creo que yo sea un buen padre para horacio.- Luego que haber dicho estás palabras rompió en llanto.

-Pero gustabín, no pienses esas cosas.- Lo tomo en forma de princesa para luego sentarlo en sus piernas.

El menor se acurrucó en su pecho mientras sollozaba, y Conway dándole cariños en su cabello.

-Si te sientes mejor podemos ir a ver una película al sofá.- Propuso Jack.

-Bueno.- Gustabo se limpio las lágrimas y se levantó de las piernas de Jack, para luego tomar a su hijo en brazos.

El azabache había decidido entrar a su habitación y ponerse una camisa.

El rubio estaba en el sofá con su hijo en brazos, mientras buscaba una película en Netflix.

Quería joder al superintendente, así que decidió poner una serie de unos ponis que ocupaban la magia de la amistad.

El superintendente bajo las escaleras para encontrarse con la tierna escena de Gustabo jugando con el pequeño Horacio.

El azabache no resistió y saco una foto a la hermosa escena que estaba ante sus ojos.

El moreno se acercó a donde estaba su acompañante y se sentó al lado para después dirigir su mirada a la televisión.

"My two daddies" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora