Capitulo 2; Aurora

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Miro a Hunter Kupp, el chico más mentiroso con el que me he cruzado. Tiene una dentadura que brilla más que mi futuro y un rostro dulce que hace a todo el mundo adorarlo. Su tez morena, su cuerpo atlético, fornido y su altura, hacen a todas las chicas y mujeres de por aquí babear.

El corredor de los Ángeles Rams es el más deseado ahora mismo por las chicas, los paparazis y mi padre, que lo trata como a un hijo.

Hago una mueca de asco y decido darle un trago a mi cerveza para intentar soportar su presencia un rato más, aunque sea.

Imagino que, si mi padre supiera que estaba conmigo y a la vez con su novia, no le caería tan bien. Me di cuenta que yo era la amante cuando la chica me envió un mensaje por Instagram para preguntarme si había algo entre él y yo.

¡Por supuesto que había algo! Pasábamos gran parte del tiempo juntos, aunque en su cama o yendo a lugares a las afueras de Los Ángeles para pasar desapercibidos.

Supongo que debería habérmelo olido, pero no. Estaba tan ilusionada con él que no lo vi venir.

-Se te echa de menos en los entrenamientos -sé que su voz varonil se está dirigiendo hacia a mí, por lo que arrugo la nariz y sonrío.

-Por supuesto.

-¿Todo bien, Aurora? -Me pregunta papá.

-Todo bien. ¿Por qué?

Él conoce absolutamente todas mis caras. Desde la de asco, pasando por la decepcionada, la depresiva, la de "estoy feliz pero no tanto" y la de "esto es una puta mierda".

-Nada -me sonríe-. Mamá está al llegar, iré encendiendo la barbacoa.

Y encima lo ha invitado a comer.

Los padres de Hunter fallecieron en un atentado en Londres cuando estaban visitando el país, por lo que mi padre lo ha acogido como si fuera su propio hijo, ese que perdió hace casi tres años en un accidente de moto.

No ha vuelto a ser nada igual desde entonces.

Aún puedo recordar como mamá gritó y lloró mientras papá la sujetaba, sin éxito, porque ambos se dejaron caer al suelo mientras mi padre la rodeaba con sus brazos y yo... Yo estaba a los pies de la escalera incapaz de reaccionar.

A Oliver siempre le habían gustado las motos y había tenido algún que otro susto porque no era un chico prudente conduciendo. Siempre he sabido que algo iba a pasarle, pero jamás imaginé que la vida nos lo arrebataría de esa forma.

-¿Lo has superado ya?

Hunter apoya los codos encima de la mesa y yo arqueo mi ceja izquierda hasta que casi me roza el nacimiento del cabello.

-¿El qué? ¿Qué eres idiota? No, creo que eso nunca se supera.

Él se ríe y niega con la cabeza.

Muchas veces he pensado que hay gente que realmente no tiene corazón, que le da igual hacerle daño a los demás. El chico que tengo frente a mí, es una de esas personas.

Agradezco que mamá llegue y salto del asiento para ir con ella a la habitación y quitarme un poco de en medio.

-¿El día bien? -Le pregunto.

-Sí -se quita los zapatos de tacón y los guarda en el zapatero-. ¿Todo bien ahí abajo? Parece que has salido huyendo.

-Ya sabes que Hunter no es santo de mi devoción -tuerzo el gesto.

-Antes te llevabas bien con él, ¿qué ha pasado? -Me hace una seña y le bajo la cremallera del vestido.

-Me he dado cuenta que no es oro todo lo que reluce.

[Saga West] INEFABLE #2 (ALBA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora