Special

El piano

Lauren suspiró, los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el hombro de la chica a su lado.

Su mente estaba tan agitada que algunas punzadas de dolor ya comenzaban a surgir en algunas regiones de su cabeza.

"¿Cómo te sientes?" Camila preguntó, percibiendo la inquietud de los dedos de la mayor en su mano.

Lauren torció la nariz. Ni ella sabía cómo se sentía. Se quedó en silencio, observando las hojas lentamente cediendo a la danza que el viento concedía.

"Camz..." Llamó bajito, presionando la punta de sus dedos en la palma de la mano de la latina para asegurarse de que obtendría su atención.

"Puedes hablar," la de ojos marrones murmuró.

Lauren mordió su labio inferior, organizando bien sus palabras.

"¿Te sientes... orgullosa? ¿De mí?"

Camila desvió la mirada del cuelo nublado a la chica a su lado, con el ceño fruncido. A veces llegaba a dudar de la existencia de Lauren.

"Creo que el orgullo no llega a acercarse a lo que estoy sintiendo por ti en este momento..." suspiró, su mirada descendiendo a los labios rosados por una fracción de segundos. "Pero no estoy tan sorprendida," Lauren frunció levemente el ceño. "Porque sé que eres capaz de hacer todo lo que quieras."

La boca de Lauren se entreabrió, pero no dijo nada. Un sonrojo comenzó a surgir en sus mejillas, y como predijo Camila, las manos pálidas rápidamente cubrieron sus ojos.

La latina sonrió, observando el momento de timidez extrema de la chica a su lado. Sintió su estomago girar con la ola de pasión a la cual aún no se había acostumbrado.

Tal vez nunca se acostumbraría. Siempre se sorprendía con sus propios sentimientos.
Desvió la mirada por un momento, absorta en sus pensamientos llenando su mente. Sólo salió de la distracción cuando sintió un toque sutil y húmedo en su rostro. Se giró instintivamente, la rapidez hizo que los labios de Lauren deslizándose en su mejilla chocaran con su boca.

La de ojos verdes hizo mención de alejarse, sin embargo, la mano de Camila en su nuca la detuvo. Suspiró, a medida que su cuerpo se relajaba, sentía los dedos de la latina migrar hasta su rostro, acariciando la piel por donde pasaba.

"Hermosa." la de ojos marrones rompió el beso sólo para susurrar, aprovechando para sellar rápidamente sus labios una vez más. "Hermosa, hermosa, hermosa. Eres maravillosa, mi amor. No creas en nadie que quiera decir lo contrario."

Lauren sonrió, mostrando los dientitos de conejo y hasta arrugando la nariz. Camila le besó la frente, nariz y la boca, no pasando de un toque rápido y leve de labios.

"Camz... quiero ir a casa..."

"¿La tuya?"

Lauren frunció el ceño. "Casa es un... es cualquier lugar seguro. Contigo."

Camila atrapó el labio inferior entre los dientes, las mejillas sonrojándose fuertemente a gran medida por las palabras de su novia.

"Te amo," susurró, besando la nariz fría de la mayor antes de buscar su celular en el bolsillo trasero de su pantalón. "Voy a llamar a mi madre... sé que no voy a conseguir asistir a clases de todos modos."

"Tu mochila." Lauren recordó.

"Ah... cierto. Voy a buscarla al salón." Camila hizo mención de levantarse, pero se detuvo cuando sintió la mano de Lauren agarrando su muñeca con cierta fuerza.

"Voy con... contigo."

"Está bien. Toma mi mano..."

"Y no la sueltes," Lauren completó, sonriendo solamente con los ojos.