Cosa linda

52 1 0
                                    

Dinah entró lentamente al cuarto, cerrando la puerta con cuidado. Soltó un largo suspiro al ver a su amiga dormida en la cama.

Sin embargo, no pudo contener la risa al ver la posición cómica en la que se encontraba; piernas, estiradas, los brazos desparramados hacia arriba donde las almohadas habían sido alejadas de alguna manera, aún inmersa en su sueño. Y los calcetines coloridos cubriendo los pequeños pies.

Incapaz de tomar en serio la escena, tomó el celular de la latina sobre la cómoda y capturó la escena en Snapchat. Aprovechó la oportunidad de enviar la foto a Clara Jauregui, sólo para alimentar un poco más su diversión.
Tratando de cesar la risa, la polinesia devolvió el celular en la cómoda y, de brazos cruzados, evaluó a su amiga de nuevo.

Se acercó, tirando con delicadeza las calcetas, revelando los pequeños pies que involuntariamente se encogieron al estar expuestos al aire frío que llenaba el cuarto.

"Camila," Dinah llamó, distribuyendo algunas cosquillas en la piel de la latina, que ni siquiera se movió. "Walz, despierta."

Al constatar que aquellos intentos leves estaban siendo inútiles, estampo una fuerte palmada en una de las nalgas de la chica.

"¡HIJA DE PUTA!" La voz aguda e irritada de la menor sonó, seguida de la risa escandalosa por parte de la polinesia.

"No te estabas despertando con el modo leve, tuve que usar el modo pesado." La más alta se encogió de hombros, sentándose al lado de la chica que acariciaba el punto golpeado con una expresión adolorida en el rostro.

"¡¿Y para que me despertaste, maldita sea?!" Gruño en respuesta, frotándose los ojos con el dorso de las manos.

"¡Tu padre me llamó porque le pediste que yo viniera, maldición! Entre al cuarto y estabas toda ahí desparramada en la cama. Quien se queda mirándote dormir y esperar a que despiertes es Lauren, no yo."

Las manos de Camila se paralizaron en su rostro, dejando sólo la boca y nariz visible. Dinah pudo ver su labio inferior comenzar a temblar.

"Oh, no, no..." la polinesia dejó escapar un suspiro pesado, acogiendo a la chica menor en sus brazos. "Lo olvide, Walz. Lo siento."

"La extraño." Camila murmuró, la voz saliendo llorosa, sus brazos tratando de envolver lo máximo que conseguía del cuerpo de su amiga.

"Pronto van a aterrizar y entonces podrás ver a tu novia por video llamada. Cálmate y no llores." Dinah alejó el cuerpo sin vida de la chica para secar las lágrimas de su rostro.

"Habrá una fiesta hoy e iremos. No voy a dejarte sola en casa esta noche mientras quieres estar más muerta que Lana Del Rey."

"No. Voy a estar ocupada." Camila suspiró, escondiendo el rostro en los pechos de su amiga.

"Ocupada llorando y comiendo chatarra. Lo sé." Dinah reviro los ojos. "Vamos a la fiesta, sí. Asunto cerrado."

La latina suspiró, levantándose lentamente de la cama para poder estirar todo el cuerpo. Argumentar que tenía que estudiar era una opción nula.

"¿Dónde va a ser?"

"Casa de Zayn."

"No quiero."

"No tienes que querer. Ya cerramos el asunto hace segundos atrás." Dinah se acostó tranquilamente, apoyando los brazos cruzados en la parte trasera de su cabeza.

"Todo el mundo sabe sobre las fiestas de Zayn. Y es seguro que entrare a su casa y saldré de allí con veinte kilos de marihuana en-"

"Cállate, Camila. Tu voz está cansando mi línea de pensamiento tenue."

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 30, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Special Donde viven las historias. Descúbrelo ahora