21.

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Que estás enamorado de ¿quién?

-Alan...

Austin estaba susurrando muy bajito mi nombre. Noté que sollozaba de vez en cuando mientras yo le pedía que se calmara.

-Dime dónde estás... Ausie...

-Alan... -Austin volvió a susurrar y pude escucharlo cerca. Esta vez no sollozó.

Estaba muy oscuro todo y no podía ver nada. Había un relajante aroma a coco y era agradable. Lo desagradable era cómo resonaban mis pasos al tratar de buscar a Austin. Este juego me estaba tocando las pelotas.

-Ausie, basta... Esto... Es... No, no es gracioso... Jo...

Al tratar de soltarle una mala, fallé porque me sorprendí. Enfrente, a lo lejos, había una sombra negra. Me puse nervioso y comencé a titubear mientras le susurraba a Austin que apareciera.

-Oh, no me vas a hacer esto. Primero te jod... -no terminé de decir la oración cuando la sombra comenzó a caminar demasiado rápido hacia mí y me asusté en sobre manera.

Ay, no...

Como acto de reflejo, reaccioné cerrando los ojos y los apreté, esperando algún golpe o una lesión. Pero no recibí nada. Mi respiración no era normal. Tenía miedo y estaba temblando demasiado. Entonces, abrí los ojos y miré a Austin sonriéndome como idiota.

-Alan, I'm in love with the coco.

Las cosas se habían aclarado y me di cuenta que estaba soñando una completa estupidez.

Austin se rió de mí, negando con su cabeza y me tocó suavemente la frente. Mientras, yo aún trataba de acompasar mi respiración. Finalmente, me enderecé, sentándome en el sofá y miré a Austin comiendo barritas de coco. Y eso explicó el aroma a coco en mi sueño.

-¿Estabas teniendo una pesadilla? -cuestionó al tiempo que se sentó a mi lado en el sofá.

-Sí... -hablé tallándome los ojos con el dorso de mi mano.

-¿Me llamabas en tu sueño?

-Sí... -respondí aún con un dejo de miedo y con la mirada le pedí a Austin que me abrazara.

Él soltó carcajadas ligeras y eso me alivianó. Suspiré y él bajó su mano de mi frente hasta mi mejilla, la cual acarició y me pareció bastante tierno.

-¿Qué tanto estabas soñando como para llamarme "Ausie"? -preguntó, sonriente y alzó una ceja mirándome fijo.

Fijo.

Muy fijo.

-Estoy molesto... Tengo miedo... Tengo frío... ¿Qué...? ¿Qué hora es?

-Son las dos de la madrugada, Alan... -respondió, cómodamente mientras me envolvía en sus brazos y nos cubrió con las sábanas a ambos.

Su calidez me hizo muy bien, pues sentí cómo mi piel se acoplaba a su tacto. Luego dejó un corto beso en mi frente y suspiró.

-Fue un sueño... Pasa, pasa. Pero ¿por qué estás molesto? -preguntó él.

-Olvídalo... Ya pasó -dije sonriente-... Me hiciste olvidar todo...

-Puedo atontarte.

-Me atormentas hasta en mis sueños...

-Soy tu peor pesadilla, ¿eh? -él rió y volvió a dejar un beso en mi frente. Eso fue demasiado dulce, sin dudas.

-¿Por qué caraj* soñé que te perdías y alguien quería matarte y yo debía buscarte?

Another Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora