Cuestiono cada parte de quien soy.
Me preguntaba siempre cómo hacía Austin para mantenerse tranquilo. Era como si fuera el agua que llegó al desierto. La satisfacción de su presencia era tal, que me había olvidado de todo lo demás.
Yo estaba apoyado fuera de la puerta principal de mi casa, observando cómo movía cada cosa de mi auto. Lo observaba detalladamente, esperado a que me llamara para pedirme algo que necesitara.
Cuando moví un pie de ahí para ir a ayudarle, sonó un estridente trueno, avisando que llovería. Me sobresalté por el repentino sonido. Volteé hacia arriba y noté que el cielo se ponía gris, muy gris. Poco a poco se volvió todo oscuro y ni siquiera la luna se divisaba. Austin había prometido reparar mi auto para que yo no tuviera problemas. Pero en estas condiciones no era conveniente.
-Cierra ya el capó. Está a punto de llover -le dije, frunciendo el ceño, debido a que no veía bien.
-Pero tengo que terminar esto, Alan -me miró de la misma forma.
-No ves nada en este momento, además, el clima está hecho un asco -una brisa de aire fuerte me movió un poco-. Vamos adentro y terminas mañana, yo te ayudaré.
-No hace falta.
Comentó serio y seguía sin cerrar el capó, moviendo a cada cosa dentro de él. Volvieron a sonar los estridentes truenos, pero ahora acompañados de pequeñas gotas de lluvia. Caminé algo molesto hacia él y le arrebaté las herramientas de las manos, arrojándolas al suelo.
-Entra a la casa -le ordené, cerrando con ligeras fuerzas el capó.
Me miró con un rostro frío y serio y lo miré de la misma manera.
-No voy a entrar -replicó.
-Entra.
-Dije que no. Voy a reparar ése auto aunque me cueste un resfrío.
-No merece la pena. Tenemos suficiente tiempo para repararlo. Lo haremos mañana cuando el clima sea mejor.
-Pero es un clima perfecto -sonrió, estirando los brazos. Al parecer estaba loco.
-Austin -pronuncié lentamente-, ¿eres tonto? Te estás mojando todo.
-Me encanta la lluvia, ¿a ti no? -ignoró por completo lo que dije.
-No... No es un clima adecuado.
-Vamos... -tomó mis brazos-. ¿No te gusta enserio?
-Yo no me quiero enfermar -me zafé de él-. Voy a adentro, ¿vienes?
-¡¡Ya dije que no!! -gritó fuerte.
Yo me quedé paralizado y confundido. Lo miré con el celo fruncido. Él sonreía y se tapó la sonrisa con su boca. Luego comenzó a carcajearse y se acercaba más hacia mí.
-Aléjate -le dije, haciendo cara de asco. Él rió.
-No me voy a alejar -dijo riendo.
-Tampoco te vas a acercar -dije en tono de advertencia y reí.
-¿Por qué no? ¿Qué demonios piensas hacer para impedirlo? -me retó.
-Ya verás -arrugué mi frente y mordí mi labio inferior con malicia y fuerza, aún cerrando los ojos porque no veía por la lluvia.
Tomé sus brazos como él hacía con los míos. Giré mi cabeza rápidamente para que mi cabello empapado se fuera de mis ojos. Luego los empujé hacia abajo, deshaciendo su agarre y me zafé, inclinándome de inmediato. Me tieé encima de él, aplastándolo. Él rió como idiota
-¡Toma! -grité al tiempo que reía.
-¡Qué astuto eres, Alan! -se carcajeó-. Imbécil, está lloviendo. ¡Voy a ensuciar mis jeans!
No parábamos de carcajear.
Me levanté del suelo, donde él seguía aún. Luego, se levantó y corrió hacia mí, tirándome al césped mojado, sin piedad lo hizo. Yo me reí mientras me retorcía de risa junto con Austin. Cuando ya no tuvimos fuerzas para reír, tan sólo nos quedamos ahí, tirados y disfrutando la lluvia, mirando el cielo gris. Luego sentí cómo Austin me miraba fijamente.
-Pequeñas cosas, Alan -dijo de pronto-. Debemos saber valorarlas... Por ejemplo la lluvia.
-Tienes razón... -razoné sintiendo las gotas de lluvia.
-Uno nunca sabe cuando se terminan las oportunidades y no se sabe si se repetirá algo otra vez... Dime alguna pequeña cosa que valores...
-Tu compañía -susurré inaudible, cerrando los ojos y sintiendo la lluvia sobre mí-.
-Vamos, debe haber algo -dijo, pensando que no había respondido.
-Lo hay... El sonido... de la música, de todo. Me alegra oír, aunque algunas veces algo suene feo o molesto, es una bendición oír... Me gusta oír cómo se forman las sonrisas.
En ese momento escuché que sonrió. Sentí un cosquilleo en mi estómago y me escuché sonreír a mí también, mientras seguía con los ojos cerrados. Valoraba a Austin.
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Another Me.
Fanfic|Cashby|. "Cuando cambias y te conviertes en alguien diferente. Inconscientemente, se le llama destino. Me encanta formular mi destino y planearlo, pero tú no estabas en mis planes. Me has hecho cambiar, soy otro yo".