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Y aquí estoy yo, Tony, sentado en el "Old Roadhouse" en la mas dulce soledad.
Hace unos pocos días que volví de mi último trabajo sucio. Me dije que ese seria mi último trabajo. Estoy sentado aquí tomando un delicioso tarro de cerveza oscura y fumando un cigarrillo mientras escucho a una banda de Ska tocar un poco de reggae. Una música repetitiva, pero para mi rango de tolerancia, estaba bastante bien. Hace tiempo que no dejaban fumar dentro de los establecimientos, pero, en el Old Roadhouse no daban un carajo por la ley anti-tabaco. Incluso, lo cerraban mas tarde de lo que esta establecido. Era un lugar sucio y de mala reputación. Creo que el mas sucio y peor reputación de toda la vieja Rouss Street. Es mi bar favorito por esas razones.
No recuerdo cuando fue la última vez que salí. Por fin tengo el tiempo, el dinero y las ganas necesarias para venir a este lugar. De cualquier forma, Hoy es mi cumpleaños. Que rayos, el calor del desierto al fin se va en estos meses del inicio de otoño. Hay que salir. ¿Por qué no?
Sigo sentado en mi banco junto a la barra sin meterme con nadie. Solo somos yo, mi cerveza y mi cigarrillo, cundo de repente, la banda empieza a tocar una canción de Ska muy acelerada. Todos los punks, rockers y demás tribus marginadas de la sociedad, están mezclados en semejante baile. Miro enfrente de mí, a unos cuantos metros, cantidad de locos golpeándose unos a otros, brincando y hablándose a gritos.
La música es muy buena. Párese que los chicos se están divergiendo. Creo que no he golpeado a nadie en días. Extiendo mi mano a mi bolsillo de la chaqueta de cuero que traigo puesta y saco un pequeño frasco con píldoras adentro. Abro el frasco y saco un par de píldoras. Lo cierro, y veo escrito "Clonazepam" con letras negras en una brillante etiqueta blanca.
La energía corre por mis venas. Mi corazón late más rápido. Siento un frió conocido en mis músculos. Adrenalina, dulce adrenalina.
Entro al slam abriendo paso empujando a los que están enfrente. Una vez dentro del círculo, salto como un soldado en combate. Un golpe llega a mi mejilla. Ahora la adrenalina corre más. Localizo entre todos, el tipo que me golpeo. Un maricon flacucho con una mohawk de colores, pantalón de cuero y una camisa que párese que la saco de la basura. Lo sigo tranquilamente. Esta descuidado. Me acerco y toco su hombro con suavidad pero con firmeza. Cuando el voltea, Bam!. Un golpe certero. Una nariz rota. Se nota y la sangre va chorreando en pequeños hilitos cae de su cara.
Al parecer, este tipo no iba solo, unos se quieren acercar a mí y están vestidos muy similar a este. Creo que les daré un poco de gusto a estos idiotas. La canción de los Ramones se acaba, así que, la banda cambia de canción. El cantante párese que va a hablar. "Muy bien, esta es una no muy conocida de The Misfits, se llama: TV casualities."
Una extraña combinación de instrumentos de viento, guitarras distorsionadas, un bajo destructivo y una voz rasposa, empiezan a amenizar el momento. Una sonrisa se dibuja en mi rostro y digo: Esto se va a poner bueno.
La musica seguía mientras peleábamos.
I wait to go to put a name on the tube
Hold on, i think i got to puke
There is a spot in the corner
Where i always go
En este momento, todo se convirtió en un festival de golpes. Cinco sujetos intentaron venir contra mi, pero, para mala suerte de ellos y quizás un poco de buena suerte para mi, estamos en medio de una pequeña multitud dentro de un bar. Ellos no saben que pasa cuando inicias una pelea en un bar.
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Rouss Street
Non-Fiction¿Que esperas ver aquí? ¿Esperas que te cuente todo en este espacio? No. Si quieres saber que es lo que pasa en este lugar, tendrás que verlo por ti mismo. Hazlo si te atreves.