Capitulo 21
Las calles estan desoladas. Una perfecta forma de darnos cuenta que el mundo a nuestro alrededor se esta consumiendo a si mismo, sin tiempo para pensar en dos niños perdidos que viajaban por la vida como dos peregrinos locos, buscando un lugar que no existe, un punto en el tiempo y el espacio solo para nosotros dos.
El cementerio esta amenazando a un lado de nosotros, con todos sus muertos descanzando, aunque a mi no me engañaban. Estan esperando el momento para salir de alli y reclamar la tierra. O por lo menos esa era la idea que me vendian cuando era un niño.
Estamos ella y yo sentados, a la deriva del universo. Tratando de buscar algun significado o punto que nos una, o por lo menos nos separe.
La encuentro, es hermosa.
Es como un sueño. Me cuesta trabajo saber que no es una alucinacion por el insomnio o un deseo hecho carne delante de mi.
Al no saber como dirigirme a ella para llamar su atencion, sin ningun afan de que se diera cuenta, tome un par de pastillas de la tira que le quite a Alex. Las pastillas siempre hacen que mi mente corra mas tranquila, pero por alguna razon, me detengo casi al llegar a mi boca.
-Vamos a caminar. -Le digo.
-Vale, Tony. -Contesta ella.Guardo la medicina en mi chaqueta y seguimos adelante. En medio del caminar y las palabras, siento la ira y el afan del caos exigiendome hacer algo destructivo. Pienso que es lo que pasa por no estar bebiendo o en pastillas, pero estar con ella sobrio, por alguna razon lo vale.
Voy cavilando estos pensamientos mientras escucho como me cuenta de algun plan que cometio con sus camaradas feminas y cuando me doy cuenta, estoy quemando un arbol.
Me sorprende como, aunque mi mente estaba con ella, mi espiritu se separo y tomo a mi cuerpo para hacer esa maldad.
Si no hubiera sido por su silencio, no me hubiera dado cuenta de mi fechoria.
Aunque su sorpresa y quiza algo de miedo en la cara me detenian, veo en sus ojos la llama del caos. Algo que no puedo explicar, asi que prosigo con la quema y veo como todo se va encendiendo. Despues, nos alejamos casi sin reir, aunque con todo el demonio despierto dentro de nosotros.
A partir de este momento, siento como todo fluye de una manera tan libre como un rio. Como un fuego. Como un trueno. Como un cielo sangriento en el atardecer. Tan libre y auto destructivo.
A partir de este momento, hacemos cosas que siempre hemos querido hacer, pero las personas con las que soliamos salir no lo entendian.
Simplemente caminar bailando y cantando, romper botellas en un lugar, gritar tan fuerte como se permite fisicamente; y muchas otras cosas que parecen estupidas, incluso quizas, cliche, pero sentimos en este momento que son tan nuestras y tan genuinas que sabemos que nada, ni nadie, nos lo puede arrebatar. Esa sensacion de arder en el momento. Eso tan exiliado de nuestra generacion que ya parece algo ajeno a nuestras vidas.
Despues de quemarnos en la energia desprendida de nuestros cuerpos, ella se sienta en un unico escalon en la entrada a una ferreteria cerrada, estira sus piernas y yo me acuesto apoyando mi cabeza en su regazo y ella juguetea con mi largo y sucio cabello. Empezamos a hablar. Ni siquiera le doy cabida a lo que esta pasando. Simplemente me dejo llevar en su voz.
Me siento elevado por su melodia.Por un momento lo pienso.
¿Es este el momento? ¿Se supone que aqui es donde me enamoro de ella y tenemos una historia de como decidimos casarnos a pesar de ser diferentes, que nuestros padres no nos dejen estar juntos o alguna estupides similar?La verdad no estoy seguro si siento algo de por si.
¿Sentira ella algo?Puedo escuchar su pulso en mi cabeza. La sangre de su pierna hace un sonsonete ritmico en mi cerebro. Algo tan calmado, pero acelerado a intervalos, que me recuerda un viaje de heroina.
Cierra los ojos.
No te duermas.
No te vallas en el viaje.Como todas las cosas en la vida, termina la aventura. Regresamos al lugar de donde salimos para ver como ella entra en la pequeña fortaleza que tiene por casa. Sus altos muros de piedra me recuerdan una ciudad medieval. Una de la cual, me estaba robando su princesa.
-¿Te volvere a ver?- Me pregunta. -Claro, solo tienes que llamar al numero que tienes en el identificador de llamadas de tu celular. -Le digo con algo de ironia en mi voz. No mucha como para que se sienta ofendida, pero la suficiente, para que no se escuche como un sarcasmo a una pregunta tonta.
Ella entra a su hogar y yo no me pierdo un solo segundo del espectaculo de su cuerpo contorneandose cuando camina. Ya vuelven, poco a poco, las ideas macabras de forma conciente a mi cabeza. Lo cual significa que se me pasa el embrujo de esta mujer.
Me alejo del lugar, caminando a ninguna parte. Pienso en la situacion. En como podria enamorarme, y mas que nada, en el sorprendente hecho de que puedo sentir algo tan cursi y sumamente innecesario como el amor.
Me siento extraño. Casi avergonzado de pensar en el hecho de que me este enamorando. Pero he de admitir, que si estoy sintiendo algo por ella, pero no estoy seguro de si es el amor. Entonces patea la pregunta a mi craneo como una bota encasquillada patea la cabeza de un indigente mendigando violencia. ¿Que es el amor?
Ninguna de las cosas que halla pensado antes se compara a algo tan indefinido y romantico como esto. No se si sea signo de lo que ella me hace sentir. No se si sea el hecho de que estoy sobrio por casi mas de 4 horas. Quiza sea esta ultima.
Bien. Si realmente es amor, solo se que aunque no haya comido ninguna de las pastillas de Alex, tomado ningun trago de mi licorera o ni siquiera un solo cigarrillo; he experimentado una de las drogas mas potentes conocidas por el hombre.
¿Y por que detenernos alli?
El seguir con todo esto, a partir de este punto, lo unico que provocaria es algo o muy muy bueno, o muy muy malo. La posibilidad es la misma que tirar una moneda o la ruleta rusa con 3 balas. En ambos casos depende del juego y lo que hay en riesgo. Perder nada o ganar todo.
¿Que mas da?
Suficiente, ya he pensado demaciado el dia de hoy.
Saco las pastillas del bolsillo. Tomo la que deje suelta en mi mano izquierda y saco una mas de la tira. Trago ambas pastillas y empiezo a caminar.
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Rouss Street
Non-Fiction¿Que esperas ver aquí? ¿Esperas que te cuente todo en este espacio? No. Si quieres saber que es lo que pasa en este lugar, tendrás que verlo por ti mismo. Hazlo si te atreves.