Libro II
4
Media noche! ¿No te encanta la media noche? En este lugar, la media noche es la hora de la junta de los locos! ¿Nunca te has sentido desbastado y jodido? Aquí te arreglan tu malilla!
La media noche es el momento! Es la hora para empezar a sentirse bien, entonces, ¿Por qué no pasamos a sentirnos bien? Vamos a sentirnos bien! -Dice Annie mientras camina a uno de los muchos lugares de la vieja Rouss Street, buscando a cual entrara a volverse loca y olvidar todo por un rato.
Annie lleva su cabello rojo como el fuego, una pequeña camisa ombliguera blanca que dejaba ver su trabajado pero femenino abdomen. Se anda con unos shorts de mezclilla con unas medias clásicas de la verdadera chica fiestera. Ella era jodidamente sexy... Y ella lo sabía. En aquellos días, Annie aun era una loca, y cuando digo loca, me refiero a que era una chica a la que no le importaba un carajo el mundo.
Annie camina por los lugares de la vieja Rouss Street y miro a cuál de todos los lugares quería entrar. Entre un gran número de punks gritones, cholos fumando su yesca y desaseados vagabundos. Paso primero por un viejo bar donde tocaban rock and roll, miro hacia adentro y el ambiente era muy sombrío, entonces siguió caminando, paso por un lugar donde se escuchaban gritos de screamo. Pensó que sería divertido entrar allí, pero siguió caminando, ese no era el viaje que quería saborear. Y luego escucho una extraña voz que provenia de un lugar donde esta un hombre enmascarado de un personaje extrañisimo. Miro una especie de payaso, muy sonriente, con unas grandes sombras en los ojos; parecidas a las que tiene el personaje pagliacci.
Annie se acerco al payaso, cual estaba dentro de una de las cavernas nocturnas urbanas. Desde fuera pudo ver que mucha gente entraba al lugar. Después, noto que en la terraza de ese sucio establecimiento estaba el DJ de ese lugar, cual emitia su musica a través de las multicolores consolas y las grandes tornamesas. Annie se acercaba mas a el, y cada vez distinguía mas y mas.
Al llegar a la entrada, miro hacia la terraza y allí estaba el DJ.
Annie sonrió al ver su aspecto tan desinteresado. El Dj de ese lugar, estaba vestido de una forma extrañísima. Tenía pantalones de mezclilla ajustados exactamente en su talla. Sus zapatos que saltaban dentro de sus brinqueteras piernas eran unos clásicos converse y estaban jodidos. De alguna manera se miraban muy jodidos. Pero aun asi, le quedaban a la perfección. Incluso, uno podría decir que el bastardo se miraba mejor con los tenis jodidos. Su cara junto con su maquillaje, tenia un aspecto demacrado, como si estuviera maquilado por días y no se retoco la mascara de polvo. Además de ser un payaso, al parecer también era un zombie. Su camiseta era muy sencilla, una camisa rota de las mangas, de las cuales, salían sus entrañadas manos con sus guantes de motociclista.
Entonses Annie miro fijamente al Dj. Este cabron soltó una voz altamente alterada que hablo con relajación, con mucho orgullo. Movía las consolas de una manera impresionante... entonses, vino el discurso del payaso.
"Nosotros hacemos dinero de la manera old school, nosotros lo robamos, y eso es tal vez por lo que nosotros estamos en mejor forma que otros músicos que son mejores que nosotros. Pero les tengo una pregunta... ¿Prefieren musica de palabras bonitas y ritmo lento?... ¿No prefieren mejor este desmadre!?"
Al terminara de decir "desmadre", se escucho un gran grito de toda la gente dentro y fuera del lugar. La voz del Payaso zombie en las tornamezas retumbo por todo el lugar. La musica empezó a tener mayor volumen, el ritmo se hacia mas rápido, como un corazon en una inyección de adrenalina. Los bajos hacían retumbar a los vidrios. No hace falta ser el maldito Albert Einstein como para darse que cuenta que adentro se estaban divertiendo. Annie pronto se dijo a si misma: Allí es donde debo de estar.
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Rouss Street
No Ficción¿Que esperas ver aquí? ¿Esperas que te cuente todo en este espacio? No. Si quieres saber que es lo que pasa en este lugar, tendrás que verlo por ti mismo. Hazlo si te atreves.