La Realidad Es Una Prision

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Un golpeteo suena. Despierto y estoy en medio de una jaula rodea de vagos llenos de cicatrices. No puedo recordar en que momento me quede dormido. Debió haberme vencido el cansancio y la desesperación de estar aquí encerrado.

-¡Muy bien, cabrones, despierten! Es hora de ir a refinar y no tengo tiempo para estar aguantando pendejos como ustedes. -

Los policías me despiertan. Golpean sus macanas de acero contra los barrotes de la jaula mientras gritan. ¿Qué mierda es esta? ¿Dónde carajos estoy? No recuerdo mucho de lo que ha pasado. Siento un dolor agudo en mi cabeza. Parece que unas agujas hayan atravesado mi cráneo

Todos los vagos despertamos. Poco a poco volvemos a la cruda y fría realidad. Estar encerrado en esta mierda de prisión, con todos tus derechos negados y ser tratados como basura sin conciencia. Un dolor de cabeza esta en mi mente. No puedo pensar claramente.

Veo a los vagos despertar. Uno por uno se van levantando. Un dolor me viene en el estomago. El fétido aroma de la mierda estancada en los inodoros de las celdas me revuelve los intestinos, como un mal viaje de anfetaminas.

- Bien, pendejos, vamos a hacer esto rápido. Formen una fila. - Grita un oficial mientras se rasca los genitales. - Es hora de que salga a tomarles lista.

Ahora estamos en fila. Los oficiales toman nuestros nombres, edades, tatuajes y cicatrices. Después, nos hacen volver a las jaulas. Minutos mas tarde, pasa un convicto que se ha ganado la confianza de los cerdos y ahora puede hacer un poco de dinero y entretenerse un rato repartiendo lo que aquí hacen pasar por comida; una especie de avena semi liquida de la manera mas asquerosa posible en un plato semi hondo; sin cubiertos, solo relajate y bebetela como si fuera un yogurt. Igual, estare un buen rato aquí encerrado, no se cuando me volveran a alimentar, es mejor aprovechar.

Tiempo encerrado. Es curioso como se pierde la sensación de la percepción temporal cuando estas encerrado. Todo se detiene. Nada tiene mucho sentido.

Joder. Chingado. Puta mierda. Nada se me ocurre. La desesperación y la ansiedad me toman como rehén. Entonses, ahora una extraña sarta de pensamientos vienen a mi cabeza mientras estoy acostado en la litera, junto al escusado atascado de mierda. Veo que alguien ha escrito su firma en el techo... ¡con mierda! ¡Joder! ¿Cómo lo hizo? El techo es demasiado alto para alcanzarlo.

Bueno, pensar en esas asquerosidades no era lo mejor en el terreno intelectual, pero ¿que demonios? Piensas las cosas mas locas y estupidas cuando estas encerrado. La verdad ya da igual. Creo que lo mejor sera intentar dormir y despertar hasta que tenga que salir.

Valla... ¿Cuánto tiempo ha pasado? No lo se, pero creo que esa siesta me ayudo bastante. Mi dolor de cabeza se ha ido. Eso es bueno. Hasta donde se, cualquier cosa que quite el dolor, es buena.

Puedo escuchar a un imbecil en otra celda gritar: "Exijo que se le haga saber al licenciado Montral que estoy aquí encerrado... ¡Saquenme de aquí ya!" Idiota. ¿Qué haras? ¿Realmente crees que tus influencias te ayudaran? O peor aun, ¿Realmente crees que les asustas? Los cerdos no dan un pito por quienes conoces. Igual te estaras pudriendo aquí por 36 horas igual que yo. Fácilmente me doy cuenta que es un novato en estas cosas de prisiones.

El tiempo pasa lento. Las horas van lentas, como si tuvieran flojera. Es la tercera vez que nos dan un plato de caldo salado de frijoles, sin cubiertos y en plato sucio. A mi alrededor unos despiertan, otros siguen dormidos y algunos no les he visto moverse desde que llegue. Joder, si uno esta muerto, no podria saberlo. El olor es repugnante, realmente podría confundirse con el de un cadáver en descompocision.

Despues de mucho tiempo de estar jodido en esta puta celda, un gordo uniformado aparece para sacarnos de nuestras celdas. -Muy bien, pendejos, hagan lo que se les dice y se irán de aquí pronto. -Dice el cerdo mientras escupe sin darse cuenta.

Una fila, cada uno diciendo su nombre, dirección, tatuajes y cicatrices, mientras nos torturan haciéndonos verles comer olorosos alimentos de verdad. Te dejan salir en calidad de vagabundo vale verga.

Toma este ticket, pasa a recoger tus posesiones. -Me dice uno de esos imbéciles. Voy para atrás a recoger mis cintas de zapatos, mi cartera y mi cinto, entre otras cosas. Luego de eso, va el camino a casa a pleno medio dia en esta ciudad dentro del puto desierto en pleno verano.

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Rouss StreetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora