Capítulo 20: Golpe de realidad

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Hoy he ido al nutriólogo. Por desgracia, no va sobre nutrias. Es más o menos un médico que se dedica a la nutrición. Me han medido, mido 1,77. Me han pesado, he engordado 9 kilos Y más mediciones las cuales no entiendo. En la charla del médico hemos dicho que tengo que comer más variado, hacer ejercicio, ir como mínimo dos veces al gimnasio... A una mala, él no quiere, pero me tendrá que medicar. Es una medicación que va vía pinchazos y que son 200 euros al mes. Ahí es donde he sufrido ese golpe de realidad. Yo pensaba que estaba adelgazando, me notaba ciertamente mejor, por fín me estaba controlando mejor las comidas. Me dieron ganas de llorar, pero no lo hice porque estaba delante de mi madre y de los médicos. Mi madre me estaba echando la bronca y yo le iba a decir que en parte es culpa suya por no ponerme otro tipo de comida en vez de la que comía habitualmente, que me obligue a comer cosas que "no me gustan" (En verdad ni las he probado pero igualmente digo que no me gustan) Que es su culpa por no obligarme a ir al gimnasio o salir de mi cuarto, aunque claro, mi cuarto es una vía de escape de la realidad. Que es su culpa por no parar de comer cochinadas para todos... Pero mi madre se encuentra mal y no la voy a echar las culpas. Solo me queda deprimirme hoy en mi habitación, aunque me gustaría quedar con mis amigos, pero... no me encuentro ni con energía ni con ánimos y, la única persona que me puede hacerme llegar a quedar, no se encuentra en mi ciudad y, en consecuencia, no puede quedar.

Crónicas de mi adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora