Capítulo 41: Preso de mi mismo

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Este mes es una mierda. Ha empezado lo mejor posible, volviendo a ser feliz, conseguí salir del abujero. Mis compañeros me volvieron a tirar al abujero. Gracias a dos nuevos amigos, pude empezar a salir hacia la luz. Pero ahora, soy preso de mi mismo en lo profundo de mi abejero. Esto antes me venía bien, podía escribir sobre mi vida sin cortarme en ningún aspecto, pero ahora no puedo. No la quería mencionar, pero la mencionaré. El otro día, como ya sabéis, Saru le pasó esta historia a mi tutora. Antes de decir nada, he de admitir que es una de las mejores profesoras que he tenido. Es atenta a los demás y siempre te quiere ayudar. Pero ella me ha generado un problema, el no poder ser libre de escribir aquí lo que quiero. A ver, era, soy y sigo siendo libre de escribir sobre lo que quiera, pero, esto se vuelve una de las muchas bolas.

Está la de:

Preocupar a mi tutora, de mi tutora a mi madre, de mi madre a mi.

Preocupara a mi tutora, de mi tutora al departamento de educación (Que no se explicar lo que es), del departamento de educación posiblemente a la asistenta social, de la asistenta a mi madre, de mi madre a mi.

Y así hasta alguna probabilidad más. Estos días he estado quedando solamente con dos amigos (Que quizás saque un capítulo sobre eso) y hoy me ha pasado algo malo (No relacionado con mis compañeros) Pero claro, si lo redacto, preocuparé a mi tutora, de mi tutora a... ¿Ahora lo pilláis?

¿Y ahora que toca? Mi única opción que se me ocurre es dejar de escribir hasta coambiarme de centro educativo, pero claro, puede seguir llamando a mi madre, o al departamento de educación... Así que mi única opción queda descartada. Me fastidia, dado que dicen que escribir sobre lo que sientes es bueno, pero...

También, le redacté un correo preguntandole por la charla que tuvo con Jakku y de paso, le pregunté por quién le había pasado mi historia (Que al día siguiente me enteré por mi cuenta) Y le pedí que nada de esto salga de sus ojos. Que lo que lea, leído es y ya está, pero si la preocupo, De mi tutora a... ¿Veis? No es fácil.

El lunes seguramente me espere una charla con ella sobre esto y no se que diré o cómo afrontarla. Supongo que me moriré de vergüenza y responderé nervioso y tartamudeando levemente. Pero nervioso seguro. Preferiría dejarlo como está, o que me redactara un correo para yo poder responderla mejor, porque lo manejaré con más calma y podré tener mucho tiempo para premeditar una respuesta sin nerviosismo. Pero ya veremos lo que pasa el lunes.

(Me gustaría aclarar por si acaso que esto va con todo el respeto hacia ella, no la intento poner de mala ni nada parecido, solo expreso lo que siento, como llevo haciendo los 40 capítulos anteriores. Si suena de otras maneras, lo siento, no era mi intención)

Crónicas de mi adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora