Ayer a la tarde fuí a comer a casa de Nozomi, aunque antes, me mandaron a comprar bacon en dados, dado que no tenían. Saru y Nozomi mantuvieron mucho secretismo en el tema de que había para comer. Yo estaba nervioso y con miedo, dado que soy un rarito para las comidas. Me prohibieron la entrada a la cocina. Primero vinieron al salón, haciéndonos cerrar los ojos a mi y a Shinko. Nos dieron a probar algo. Yo pensé que era pasta, pero no sabía qué tipo ni como estaba preparado, solo sabía que estaba sin más. Después, estuvimos un rato él y yo jugando un juego de cartas mientras ellas terminaban de preparar la comida. Nos volvieron a hacer cerrar los ojos y quitarnos las gafas. Dejaron los platos en la mesa y después, lo pudimos ver. Yo, al primer instante, no divisé nada debido a mi miopía, hipermetropía y astigmatismo y porque me había apretado un poco los ojos y veía medio borroso. Me logré poner las gafas y pude ver dos Hot-Dogs con macarrones con queso y bacon, una combinación extraña pero curiosamente agradable al gusto. Tanto secretismo para eso. Aunque estaban bien, no voy a negar que me dolió no poder haber cocinado yo. Después de haberme ilusionado, después de tener todo planificado... Paso de repetirlo más veces, que creo que esta ha sido la tercera vez que lo digo.
Shinko se fue a acompañar a Saru a casa, dado que ella estaba castigada. De mientras, Nozomi y yo nos quedamos jugando un juego de mesa de mientras también fregabamos. La tarde de juegos de mesa solo fueron eso, el pequeño rato que jugué al inicio con Shinko y la partida que me ganó Nozomi. Después, nos fuimos a beber una bebida energética. Como la tienda de chuches estaba repleta de gente, fuimos a una máquina expendedora que no estaba muy lejos de donde estábamos. Esa máquina se me tragó un euro y, entonces, la energética pasó de costarme 1,20€ a 2,20€, aunque nada tan alejado del precio de mi pueblo, que la mayoría de estas bebidas están a 2€. En la misma plaza del lugar, había una especie de clases de baile en el escenario donde más adelante, diferentes personas cantarían. Nozomi y yo bailamos, primero separados, y después un rato juntos. Shinko se negó a bailar. Poco después, fuimos a las barracas. Nozomi se compró un algodón de azúcar. Después de eso, ellos dos me obligaron a subirme a una atracción que es como una barca vikinga que sigue la trayectoria de casi un tercio de circunferencia y cada vez vas subiendo más alto. Había dos sitios para poder estar, o sentado o en una "cárcel" que habían a ambos costados de la barca. Yo lo pasé un poco mal. Al salir, acabé con las manos dolidas y un poco mareado. Volvimos a la plaza a divisar varios de las canciones con baile dado que yo quería descansar mis brazos antes de montarme en otra atracción a la que me quería montar. Dicha atracción se llama "Olla". Es más o menos un plato giratorio en el que los que entran tienen que agarrarse fuertemente sin soltarse sentados, o si no, también algunos intentan mantenerse de pie en el medio. Los movimientos bruscos que hace la olla provocan que las personas salten o reboten. Después de un rato, volvimos al epicentro de las atracciones. Los tres nos montamos en esta última atracción y me alegró tener ese sentimiento de nostalgia. Hacía ya tiempo que no me montaba. Después de eso, volvimos con la música.
Ya era la hora de pillar la villavesa para irme a mi casa. Fuimos caminando hacia la más cercana, hasta que vimos que estaba cerrada por fiestas y había que irse a otra que se suponía que era una parada provisional que estafa en frente del colegio, pero no la vimos. Con el tiempo escapando de nuestras manos dado que llegábamos justos a la parada que estaba cerrada, tuvimos que irnos a una más lejana con el miedo a que nos pasara por al lado y no llegar a la parada. Me gritaron que corriera y yo corrí, aunque fue una falsa alarma dado que solo era un coche. Me gritaron de nuevo y yo salí pitando, esta vez si era verdad. Pude llegar justo. Dentro de la villavesa, me encontraba sudado, agotado, con la necesidad de mi medicamento del asma y con flato. Me bajé de esta para después arrepentirme, porque, si me hubiera bajado varias paradas más adelante, me dejaba justo en la misma parada que la última villavesa que tenía que coger, pero, tuve que llegar andando por bajarme antes.
Esa tarde estuvo bien dentro de lo que cabe, aunque me sentía como un fantasma, estaba ahí pero pocas veces se enteraban de mi presencia. Me sentía un mal tercio. Claro, ellos dos son mejores amigos y yo un simple amigo el cual no sabe sacar tema de conversación. Eso me jode mucho, porque hay veces que quiero hablar con alguien pero termino sin hablarle porque no sé qué decir. Por ejemplo, me ha pasado con Frey, que de hecho, se me olvidó comentar que también nos la encontramos en el pueblo de Nozomi y Shinko. Estaba acompañada de Omoi, Yuri, Fuyumi, Doitsu y de alguien que no conozco o no me sonaba. Bueno, que me voy del punto inicial. Por no saber sacar tema de conversación, Frey y yo nos "hemos dejado de hablar", hasta ayer mismo, que me dijo que había leído mis tres últimos capítulos y me dijo que hablar. Ahora que lo pienso, es culpa mía por no sacarla tema de conversación pero, también lo podría haber sacado ella. Todavía estoy esperando hablar con ella, dado que prefiero o en persona, cosa que no se puede, dado que en el momento en el que estoy escribiendo esto ella está con más gente, o, escribirla estando sola, pero, a saber. Lo único que no sé es que decirle. Literalmente se ha leído todos mis capítulos (Cosa que agradezco) y se sabe mi vida y como me siento. ¿Qué más quiere saber? Si me hace preguntas, se las contestaré, pero, de mi, no voy a poder decirle nada.
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Crónicas de mi adolescencia
Non-FictionEste "libro" es una continuación de "La historia viviente" Espero que lo disfruteis tanto como el primero. Una historia relatada con fines de ayudar a la gente, para que se sientan identificados, para que sepan que no están solos y que se puede sali...