Capítulo 22: "Cita"

9 0 0
                                    

Mis amigas estaban en un camino erróneo. Como bien sabéis, hoy quedamos para tomarnos unos chupitos e irnos a ver una película. A la hora de quedar, yo aparecí en bici, debido a que pensaba que íbamos al centro comercial en ese medio de transporte. Él me preguntó si estaba loco, que con unos chupitos encima iba a ir en bici, con lo cual, la guardamos en su garaje que quedaba más cerca que mi casa. Dos de mis amigas me llamaron ciego, que quería tomarse unos chupitos para liarse conmigo, cosa que nunca acabó sucediendo. Después nos fuimos hacia el bus para ir al centro comercial. Fuimos primero a una tienda de al lado para buscar sangre falsa, la cual solo vendían en un pack con un cuchillo de mentira, además, que el bote de sangre era minúsculo. Después, nos fuimos al cine, en el cual nos colamos. Fué una experiencia extraña, dado que era la primera vez que lo hacía. Fuimos a ver una película titulada "El exorcista del papa". La peli estuvo decente, no me decepcionó pero tampoco me gustó. La cual yo vi en completo silencio de mientras él chateaba con el móvil. En consiguiente nos fuimos a mirar una tienda, la cual al llegar, vimos que la habían quitado de ese centro comercial. Sin rumbo ninguno, acabamos en una tienda donde él se compró un café y yo un helado. Andaba en duda de cual elegir y le pedí una opinión a la cual hice caso. Después de dar unas vueltas por el centro, fuimos a comprarme mi cena, la cual no fué suficiente y también cené en casa. Me hubiera gustado hablar más con él, pero no se me hace fácil. Hay mucho silencio entre nosotros. Entre las charlas que tuvimos, el me habló de que estaba loco perdido por un chico, el cual he de admitir que está bueno. Desde el primer momento me entristecí dado que al él gustarme pero que a él le gustara otra persona pues... Se entiende solo, ¿No? Siempre digo que por muy pequeña sea la probabilidad, ahí está. Aunque haya un 0,00000000000001% de posibilidades de tener algo con él, ahí está la probabilidad. Me comentó su miedo por pegarse una gran hostia con el chico que se gusta. Una hostia... Para poner un ejemplo, imaginate que estas loco/a por una persona, pero él te rechace. Eso sería una hostia. De hecho, a mi me pasó. Estuve enamorado por 4 años de una misma chica, a la cual la pedí salir cuando lo dejó con su novio (Aunque me esperé casi una semana antes de declararme para dejarla tiempo de pensar, de ver que sucede). Ella evitaba darme respuesta alguna a la carta que le dí, pero un amigo me dijo que el mismo día que lo dejó con su novio, se echó otro. Yo me pegué media hora de llanto mirando fotos suyas, preguntando en alto "¿Por qué a él y no a mi?" entre algún otro llanto que no recuerdo. En cierta forma, quiero que él se pegue esa hostia, para que vea que estoy ahí para aconsejarlo y escucharlo. También así consigo un poco más de posibilidad de estar con él o liarme con él, dado que entre otras cosas, entro en los estándares que él busca. Él busca un chico con pelo largo, mono, que le guste el anime, guapo. Tengo todo menos la guapura, aunque el ser guapo o feo depende de la otra persona, porqué quizás alguien me ve feo, pero otra persona me ve guapo. Pero por otra parte quiero que sea felíz con esa persona. No hay cosa que me haga más feliz que ver a los demás felices. Se me hace una pena toda esta situación, pero lo bueno es que tengo recuerdos de ese día. Tengo la cucharilla del helado, el tiquet de cuando nos compramos una bebida dentro del cine para aparentar que habíamos comprado las entradas (El cual guardo en la funda de mi móvil junto a los Post-it que me regaló Frey hace ya tiempo), el cuchillo que venía con el botecito de sangre falsa (El cual se quedó él) y también me hubiera gustado guardarme el ticket del KFC, pero al llegar a casa, recordé que lo tiré.

Crónicas de mi adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora