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Mis padres se fueron a la cama esa noche un poco tristes, ya que ellos no criaron a mi hermana de mala manera, para ellos saber que mi hermana abandonó su hogar, era muy fuerte y difícil de procesar.

Antes de irme a mi habitación esa noche, fui a la habitación de Dongwook para hacerle varias preguntas sobre Gisela y su matrimonio.

-Cuñado, ¿Podemos hablar?

-Sí, pasa. - Wook abrió la puerta de la habitación y se hizo a un lado para dejarme pasar.

-¿Qué sucede?

-¿Vas a dejar de buscar a Gisela? Cuando lo dijiste no parecías sincero. - lo miré a los ojos.

-Quiero hacerlo una vez más, pero no quiero hacerlo solo.

-Si quieres puedo ir contigo. - me senté en su cama - Podemos ir a Canadá, es el único lugar en dónde puede estar.

-No lo creo, de seguro debe estar en un país tropical.

-¿Nunca te contó sobre un lugar soñado?

-Sí, quería visitar México, pero no pudimos ir porque Marcus enfermó.

-Es en México en dónde ella debe estar. ¿Vamos a México? - sonreí.

-Sí, busca los pasajes para esta semana. - mi cuñado me pasó su tarjeta de crédito.

-Está bien.

Mis padres aceptaron cuidar a Marcus por una semana mientras Dongwook y yo viajamos en busca de mi hermana. Era la última vez que íbamos por ella antes de olvidarla y seguir con nuestras vidas.

Nuestro vuelo a México salió el jueves por la tarde, fue un viaje planeado con poco tiempo, pero íbamos preparados para cualquier situación.

Esa noche en la que llegamos al país, tomamos un taxi y llegamos a un hotel muy bonito cerca de la playa, en el cual pensábamos que mi hermana podía estar, ya que era lindo, así cómo ella siempre decía merecer.

Al no poder reservar con tiempo, conseguimos una habitación con una sola cama, la cual aceptamos para no tener que irnos a otro lugar.

La primera en lanzarse a la cama fui yo, estaba tan cansada que solo anhelaba cerrar los ojos y dormir hasta sentirme recargada.

-¿Tan cansada estás? - Dongwook entró a la habitación con las dos maletas.

-Sí, tengo mucho sueño.

-Bueno, pues descansa, yo me voy a dar una ducha.

-Está bien. - fue lo último que dije antes de quedarme dormida.

Temprano en la mañana, Dongwook me despertó para bajar a desayunar y de una vez dar una vuelta por el hotel en busca de mi hermana.

Luego de estar lista, bajé con Dongwook al restaurante del hotel para comer algo ligero, queríamos saber de ella cuanto antes, así que comer casi no era importante.

-Todo aquí se ve muy rico. - admitió mi cuñado.

-Sí, hay que probarlo todo. - reí.

-¿Crees que podamos encontrar a Gisela en este lugar? - lo miré tensa, realmente no tenía muchas esperanzas de encontrar a mi hermana allí.

-No lo sé, Dongwook.

La búsqueda comenzó por el hotel, también por las tiendas y lugares cercanos a esa zona, la cual estaba repleta de turistas.
Luego del hotel y las calles cercanas, llegamos a un centro comercial, no recuerdo qué tan distante estaba del hotel, pero llegamos hasta allí caminando.
Comenzamos a preguntar en las tiendas por mi hermana, le mostramos fotos a cada vendedor, pero todos nos decían que Gisela no había ido por ahí. Algunos vendedores revisaban sus cámaras y nos decían lo mismo, no la habían visto.

-México es bastante grande, dudo mucho que podamos encontrarla. - Dongwook se dio por vencido.

-Ánimo cuñado. - iba a darle una palmadita en el hombro, pero mi teléfono comenzó a sonar.

-¿Quién es? - Wook se puso nervioso.

-Son mis padres. - contesté el teléfono - ¡Hola, mamá!

-Hija, ha llegado una postal desde Cancún, México.

-¿Qué dice?

-Son letras coreanas, no las entiendo. - mi madre se escuchaba angustiada.

-Toma una foto de la postal y envíala a mi teléfono, yo la leeré desde acá. - colgué la llamada - Llegó una postal a la casa desde Cancún.

-¿Ves que sí está aquí? - Wook sonrió.

-Sí, pero, ¿En dónde? - llegó la foto - Mira, llegó la foto. - abrí el mensaje y comencé a leer lo que decía - Esposo e hijo, quiero que sepan que los amo y que sí no estoy con ustedes es porque la vida así lo quiso. Quiero que sepan que los amo demasiado y que algún día los volveré a ver. Por favor, ya no me busquen y díganle a la policía que estoy bien y muy feliz en mi nueva vida. Mis buenos deseos, Gisela Lombardi.

-No vale la pena todo esto. - guardé el teléfono de mala manera - Vamos al hotel.

-Yo no me explico porque hace todo esto. - Dongwook se quedó parado en medio del centro comercial - Gisela nunca mostró un comportamiento extraño, siempre llegaba a casa y hacía su rol de madre a la perfección, en su trabajo era responsable y todos le tenían envidia, en su entorno con amigas y con mi familia siempre fue una dama digna de su posición, tenía la vida perfecta y la llevaba muy bien. No entiendo cómo pudo irse sin dejar rastros y vivir en paz.

-¿No sabes si hay un amante?

-¡Te dije que no! ¿En qué momento del día va a tener tiempo para alguien más? - los gritos de mi cuñado me hicieron sentir mal, entendía su desesperación y su dolor por la duda que llevaba dentro, pero yo no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo. Al final, yo solo estaba allí por no dejarlo solo, porque yo tenía claro que Gisela de seguro estaba con alguien más.

...

La Oportunidad Que Me Brindo El Amor  (Lee Dong Wook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora