La Oportunidad Que Me Brindo El Amor (Lee Dong Wook)

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Narra _____

Mis ojos solo vieron a Marcus llorando sobre Gisela antes de cerrarse por culpa de la herida que tenía gracias a mi hermana. 

Como leona defendí a mi hijo, no me importó matar a mi propia sangre por él. Casi muero, pero no fue en vano, ya que mi hijo quedó a salvo antes de que algo me pudiera suceder. 

Desperté en el hospital acompañada de mi madre, quien se veía preocupada y triste. A mi madre le tomé la mano y sin saber como, le pedí perdón por el error que había cometido. 

-Mamá, yo no quise acabar con Gisela, pero mi hijo estaba en medio de este asunto. 

-Tu hermana no ha muerto, está en una cirugía desde hace seis horas, intentan salvar su vida a pesar de no merecerlo. - mi madre comenzó a llorar. 

-¿En dónde está mi hijo? 

-Lo están atendiendo, trago mucha agua y lo tuvieron que intervenir para poder sacarla. Mañana le harán otros estudios para saber si se afectó al quedar inconsciente. 

-¿Y Dongwook? - el amor de mi vida debía estar preocupado.

-Ha estado aquí junto a Marcus desde que llegaron tu hermana y tú a este hospital, no ha dejado de llorar y pedirle a Dios que todos ustedes mejoren pronto para regresar a casa. 

-Dile que venga, lo extraño. 

Seis días después de haber ingresado al hospital, fui dada de alta, ya que mi herida estaba mucho mejor.

A quien primero quise ver fue a mi hijo, el cual había llegado a casa antes que yo en perfecto estado de salud.

-Pero qué lindo estás. - tenía sus ojitos abiertos.

-Es muy lindo, se parece a ti. - dijo mi mamá, quién se estaba haciendo cargo de los niños.

-¿Y Marcus? - no lo veía por ninguna parte.

-Está en la escuela. Hace días llamó su maestra para saber cómo estaba y me aseguró que todo estaría bien si Marcus regresaba a clases en medio de su sufrimiento.

-Es lo mejor. Por cierto, ¿Qué va a suceder con él? Gisela irá a la cárcel y su verdadero padre se fue del país.

-Supongo que Dongwook se quedará con él.

-No. - mi madre me miró sorprendida - No quiero a Marcus aquí después de lo que hizo.

-¿Qué estás diciendo? Es tu sobrino.

-Sí, pero no salvó a mi hijo cuando lo vio ahogándose, me dijo que yo estaba lastimando a su madre y que por eso no salvaría a mi hijo. ¿Crees que no le hará daño? No lo quiero aquí en mi casa.

-Bueno, tendré que llevarlo a Canadá.

-Hazlo, dile a Gisela que te firme un permiso y te lo llevas hasta que ella salga de la cárcel.

Claramente Dongwook no estaría de acuerdo con mi decisión, cuando estuviera de regreso de su trabajo vendría a discutir conmigo sobre el tema.

-¡Amor! - llegó Dongwook esa tarde junto a Marcus, quién venía sonriendo detrás de él.

-¿Cómo te fue en el trabajo? - pregunté.

-Bien, pero mejor me fue al saber que estabas en casa. - acarició mis mejillas.

-Me dieron de alta al ver que mi herida estaba sana por fuera. - le mostré la herida.

-Vaya, es muy grande. - dijo Marcus.

-Marcus, ven a comer. - mi madre apareció para llevarse a Marcus.

-Tu madre está muy seria, ¿Pasa algo? - mi esposo se veía preocupado ahora.

-Le dije que Marcus no puede quedarse con nosotros.

-¿Y por qué no? - Dongwook ahora estaba molesto.

-No quiero a mi sobrino aquí luego de dejar a mi hijo metido en esa pileta llena de agua cuando le pedí sacarlo.

-_____, Marcus es un niño.

-Lo es, pero sabe demasiado. ¿Qué tal si le hace daño a mi hijo?

-No le hará nada. - Dongwook entró a la casa.

-No lo quiero aquí. - me detuve en medio de la sala.

-Está bien, si no lo quieres aquí, yo me iré con él a mi casa, con eso no habrá problema. - esa fue su última palabra.

Esa noche mientras le daba su biberón al bebé, Dongwook estaba a unos pocos pies de mí recogiendo sus cosas en una maleta.

-¿De verdad vas a hacer esto? Marcus no es tu hijo.

-Sí, estoy decidido a irme con él, ya que lo amo demasiado y quiero el bien para él.

-¿Y para nuestro hijo no quieres lo mejor? Pareciera que amas más a Marcus que no lleva tu sangre.

-______, las cosas no deben ser así, ya que Marcus me ve como su padre, soy quien puede ayudarlo a sanar todas sus heridas y ayudar a que crezca con bien y sea un hombre correcto. - se sentó a mi lado - Amor, entiende que Marcus es un buen niño y si actuó de la manera en que lo hizo fue porque estaba desesperado.

-No, no me quiero arriesgar, ya iba a perder al bebé una vez y no lo puedo permitir más. Si tú decisión es irte, entonces vete, pero ya no regreses nunca más.

-¿Es tu última palabra? - asentí con dolor en mi alma, amaba a mi esposo, pero la seguridad del bebé iba por encima hasta de mí misma - Bien, entonces me voy.

...