Cenizas de Verdad

Capitulo XVII: Tricia

Tricia tenía once años cuando aprendió a cuidar de las gallinas, tenía once años cuando se le cayó el último diente de leche, y tenía once años cuando su padre murió; y no se enteró de la mejor manera.

Ese día su madre la encargaba de cuidar a los animales, los alimentaba y los cuidaba, a veces los bañaba y siempre, sin olvidarse les dedicaba un ceño con el dedo corazón al despedirse a todos ellos, ese día había sido cálido, al menos así lo recuerda, pero una tormenta hizo que tuviera que corretear a un conejo que se le escapaba, fue cuando escucho la puerta tocar

-¡Craig...! ¡Puerta!- Le grito a su hermano

Pero nadie le respondió el grito, era de esas veces que el silencio pocas veces reinaba, a ella le gustaba..., más tarde se arrepintió de eso

Estiro su cuerpo algo adormilado y cerro la última jaula de madera, entro a su casa y cerro la puerta tras de ella

-Mamá ya acabe de...

Se quedó quieta al ver como su madre sollozaba en la espalda de Craig, su hermano estaba quieto, su expresión no cambiaba, solo tenía la mirada fija a la nada

-¿Mamá...?

Pregunto con temor la niña, no sabía qué pasaba, su madre la miro de reojo, y su hermano hizo lo mismo, ella se acercó lentamente y su madre la tomo de los hombros intentando explicarle, pero el llanto no la dejaba, un grito salió de su garganta mientras se tapaba el rostro, Tricia asustada la sostuvo como si fuera un trozo de vidrio que se pudiera romper, miro a su hermano y este volteo su cabeza mirándola a ella

Craig había quitado su semblante de shock y comenzó a agarrarse el pecho jalando su ropa, soltó un grito sordo y ronco que la espanto, su cuerpo casi se derrumba, pero se empujó así mismo hacia atrás, cayendo sobre la pared y terminando en el suelo, jalándose el cabello, jamás había visto a su hermano asi, quería preguntar, quería decir algo..., pero su cuerpo no reacciono

Asustada miró a su hermano, y este le dijo algo que le heló la sangre

-Pa...-pa... papá... él...- Craig tuvo que respirar hondo mientras se mordía el labio-Él acaba de morir...

Las pupilas de Tricia se dilataron, sus piernas flaquearon y ya no pudo sostener a su madre, se intentó agarrar del mueble que tenía a su costado, no dijo nada, su mirada se fijó abajo, su garganta dolió y un sonido ronco salió

Tricia pensó que eso no podía ser cierto, su padre no estaba muerto, el iba volver, iba a regresar en un par de meses, el regresaría y le diría que dejara de pedir cosas de hombres, regresaría y le arroparía, regresaría y la abrazaría, regresaría y...

-¡Aaaaa! ¡Papá...!-Grito Tricia inundando su rostro en lágrimas

Ese día había marcado a la familia Tucker, su madre cayó en una tristeza indescriptible; lloraba por las noches abrazando la ropa de su esposo, y caminaba por la casa como alma en pena, no comía, no bebía, y su rostro palidecía casi poniéndose amarillo

Su hermano había comenzado a ser más distante, no es como si antes se llevaran increíble, pero él parecía ignorarla, Tricia tomo rencor contra él, no por maldad, pero su cerebro de niña quería a alguien a quien culpar de cualquier cosa en ese momento, lo necesitaba

¿Por qué él se alejaba? ¿Acaso no veía su madre? ¿Por qué no lloraba? ¿Por qué no hacía nada? ¿Por qué no le reclama al Wizard lo que le hizo a nuestro padre?, se preguntaba a diario la niña, enojada con su hermano, eso a veces la hacía sentir mejor, por más horrible que suene

A veces se quedaba despierta en su habitación, esperando, y esperando. Ella esperaba inconscientemente a su padre, su madre siempre había terminado agotada de las tareas del día y se iba a dormir de inmediato, por lo que su padre iba a su habitación, le sonreía y le contaba lo que hacía en el día, ella siempre escuchaba atentamente y al final recibía un beso en la frente como recompensa