"Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel"
- William ShakespeareEl salón de baile era enorme y magnífico. La decoración era exquisita, reflejando el gusto de la anfitriona. Los techos altos, brillante iluminación por preciosos candelabros, había mesas de juegos, se servía un bufé para los invitados, y los sirvientes circulaban por todo el salón, ofreciendo bebidas.
Como siempre su madre no había escatimado esfuerzos con tal de hacerse notar, pensó Aedan.
Muchos invitados estaban bailando mientras otros observaban desde los sillones laterales mientras platicaban.
Aedan tomó una copa del camarero que pasaba, siguiendo el ejemplo del príncipe Seyn a su lado.
No eran amigos íntimos pero siempre se habían mostrado cortesía el uno al otro. El príncipe Seyn era de las pocas personas que nunca lo trataron diferente, no con falsa amabilidad y nunca lo miró con lástima. Aedan apreciaba eso.
Es más, actualmente tenían algo en común, que los hacía más propensos a acercarse: ambos estaban oficialmente desvinculados.
Después de su reencuentro con Warrehn aquella noche, todo había pasado como un borrón para Aedan. Había pasado los días más miserables y deprimentes de su vida, curiosamente siempre había pensado que sería lo contrario, que una vez que Warrehn regresará su vida sería brillante, llena de color y felicidad, pero no, Warrehn había terminado, de una sola vez, con todas sus ilusiones esa noche. La solicitud de la disolución del vínculo, la aceptación y el procedimiento posterior..., todo había pasado muy rápido y Aedan había estado actuando en piloto automático.
Aedan apenas había salido de su habitación estas últimas semanas, encerrado con su dolor, tristeza y decepción solo. Su madre solo exigía su presencia para completar el procedimiento de disolución del vínculo, por lo demás, parecía que no podría importarle menos si Aedan salía, comía, se veía bien o mal. No es que esto sea una sorpresa, pero igual dolía. Está experiencia le sirvió para darse cuenta que, sin Samir y Naro presentes, realmente no tenía a nadie cercano en Calluvia, al parecer los 10 años que vivió fuera, y su personalidad solitaria, realmente le habían cobrado factura.
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|MUY DESPRECIADO|
Fantasy- "Estoy muy orgullosa de ti, cariño. En el futuro serás el Rey Consorte del Quinto Gran Clan. Recuerda, debes hacerlo bien." Fue lo que le dijo su madre, la Reina Consorte Zeyneb 'shni' Waari, cuando tenía 7 años. ... - "Ah, estoy tan decepcionad...