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Después del desastroso juego contra Columbia, solo quedaba algo por hacer: beber para olvidar. No solo olvidar el juego, olvidar lo solitario de la vida, lo solitario de su propia vida. ¿Por qué después de tantos años no lograba olvidarlo? Si el parecía haberlo hecho, o luchaba por hacerlo.

Sentado frente a la barra de aquel bar donde solía acudir con frecuencia, estaba viéndose a si mismo con patética melancolía, Había tomado el vaso de Whisky que el cantinero le había servido y brindaba consigo mismo en el espejo por la soledad en la que vivía.

¿De que servía haber sido uno de los jugadores más prometedores de universidad de Williams y el más valioso de aquel campeonato hace 10 años?. Todo se había ido 'por la borda después de aquella noche de supuesta celebración. Todo se había acabado.....la magia, la alegría y la felicidad que compartía con él. Todo había acabado aquella maldita noche que quería borrar de su vida, pero que se empeñaba en parecer cada vez con más frecuencia.

-¡Una cerveza!

La voz bien timbrada de un hombre lo saco de sus pensamientos. Y a través del espejo sus ojos pudieron verlo claramente.

Seguía siendo tan buen mozo como antes, tan elegante y distinguido. Solo había cambiado algo con los años: su alegría se había convertido en amargura y siempre que le veía estaba molesto. Ahora lucia contento, celebraba la victoria contra uno de los equipos más débiles. Hablaba alegremente con otros dos hombres a quienes había visto trabajando con él en el equipo de Brown.

¿Quién iría a imaginar que dos buenos amigos se convertirían con el tiempo en dos grandes enemigos?

Volvió a dar un trago a su vaso para terminarlo mientras siguió observando al hombre. Su cabello negro se movió graciosamente hacia los lados cuando el reía a carcajadas ligeramente hacia atrás. Diez años atrás usaba el cabello un poco más largo. Pero seguía conservando su brillo y tonalidad

Los hombres se habían marchado dejando al hombre del cabello azabache solo. Había tomado su cerveza y se dirigió a una de las mesas.

Ahora estaba sentado solo, tomando como él lo hacía. Su mirada estaba perdida en la nada.

-¿Qué tanto estará pensando?-Se preguntó dejando vagar sus ojos sobre el cuerpo alto de aquel hombre.

Sin saber porque tomo el nuevo vaso de Whisky que el cantinero le sirvió y giro sus pasos hacia aquella mesa. Quizá el sentirse contento por una victoria pudiera hacerle hablar con él, Después de tantos años, quizá por fin quisiera hacerlo....Solo restaba probar suerte.

Camino hasta la mesa que no estaba muy retirada de la barra y dejo el vaso sobre ella. Se sujetó al respaldo de una de las sillas y espero a que la mirada del hombre sentado en ella se fijara en él.

Al sentir alguien se detenía en su mesa, la mirada oscura del hombre comenzó a recorrer de forma lenta la figura parada delante de su mesa. Usaba una gabardina color crema, unos pantalones negros y un sueter del mismo color. Su mirada estaba detenida en él. Le observaba como hacia tantos años. ¿Esperando que?. ¿Una invitación? Una invitación que jamás iba a llegar

-¡Lárgate!-grito al verlo con la mirada centelleante por la furia que comenzó a crecer al reconocerlo.

-Simon...

-¿Nunca entenderás que no quiero hablar contigo?

-Simon ya han pasado casi diez años, ¿no puedes olvidarlo?

-No...-Dijo Simon fijando sus ojos negros en los verdes-ahora lárgate Piers, jamás olvidare la forma en la que me usaste...

-Nunca fue de esa forma...-dijo de forma serena entrecerrando los ojos, daba la impresión de estar recordando algo. Simon se paró de la mesa para verlo con furia.

Amor en juego || Narry y ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora