No había podido sacar de su cabeza a Harry. Había tardado en dormir, pero se había levantado temprano gracias al despertador digital que tenía sobre el buró.
Aun en sus sueños, ese lugar, justo al que se dirigía, se empeñaba en aparecer...
La 30 y la 5...
Podía recordar como si hubiera sido ayer la figura que esperaba parada en aquel lugar... cabello castaño corto y ondulado, figura esbelta... Ojos verdes... y una sonrisa, como ninguna otra.
Si hace ocho meses le hubieran dicho que la persona que tanto le había gustado era un hombre, le hubiera dado un puñetazo en la cara... ¿Pero ahora? Ahora iba en camino a encontrase justamente con esa persona y en ese preciso lugar. Tantas veces regresó para intentar encontrar a esa chica. Tantas veces se quedó allí sin saber por qué, sentado, esperando poder volver a verla, sin conseguirlo.
Ahora no solo la había conocido, la veía seguido, se habían vuelto cercanos ¿Es que acaso...?
- No - se contestó en voz alta haciendo que las personas que estaban a su alrededor voltearan a verle. Permaneció con la vista fija al frente sin prestarles atención. - No, solo me cae bien, es alegre, es divertido. E S O E S T O D O - pensó para sí mismo tocando el timbre para bajar del autobús en cuanto vio que llegaba al lugar indicado.
La 30 y la 5... Miró de lado a lado en la amplia avenida buscando la figura de Harry. Pero sin lograr verlo, parecía que de nuevo iba a llegar tarde. El día anterior le había indicado el cruce de calles, pero no le especificó de qué lado le estaría esperando. La primera vez que lo vio había sido del lado contrario al que se encontraba ahora. Giró de nuevo su vista hacía ese sitio, no había nadie.
Solo existían esas dos paradas de autobús, así que del lado que estuviera, podría verle. Tomo asiento en una de las bancas y se puso a contemplar la otra parada. Allí había estado la primera vez que lo vio, usando esa playera de los New England Patriots.
Un nuevo autobús se detuvo en la parada del frente, pero no, quién esperaba no descendió de él. Solo bajó una chica de cabello castaño corto, bien peinado, cubriéndole un costado de la frente... ¿Una chica?
Niall se levantó de su asiento para ver mejor al otro lado de la calle, era la exacta imagen que había tenido de Harry la primera vez que lo vio. ¿O es que en verdad no había sido Harry y había sido realmente una chica? Su corazón comenzó a acelerarse.
La chica giró para disponerse a cruzar la avenida y Niall volvió a caer en la banca viendo la imagen que se acercaba sonriente a él.
-¡Lamento llegar tarde! - Niall solo le observó sin decir nada - ¿Niall? ¿Estás bien?
-¿Harry? - dijo dudoso.
-¿Quién más? - Dijo Harry sonriendo.
-¿Por qué traes así el cabello? - dijo señalando su cabeza. Harry siempre llevaba el cabello despeinado, con sus rizos desarmados y peinado hacia atrás pero ahora lucía cepillado y peinado hacia un costado, cubriendo una porción de su frente. No le quedaba mal, pero debía admitir que le daba un toque algo femenino. Se veía ¿Bonito? Sacudió su cabeza ante ese pensamiento.
- ¡Ah!, mi cabello - Dijo sacándolo de sus pensamientos - es que a ella le gusta que lo use así, bien peinado. Vamos que se nos hace tarde - dijo tomando la mano de Niall para levantarlo de la banca.
Harry sonreía como aquella vez en que lo vio. No se había equivocado, Harry era aquella persona a quien confundió con una mujer. Ya no había ninguna duda de ello... Ninguna.
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Corría por aquellas calles con el sol de la mañana a su espalda. Se había levantado tarde por haber dormido mal la noche anterior cuando cuidó a Harry. Solo esperaba que su amigo se encontrara mejor, aunque imaginaba que había pasado la tarde en compañía de Niall y eso le habría servido más que una medicina milagrosa.
