Niall iba cargando a Harry que pataleaba tratando de que lo soltara. En el estadio los gritos estaban a todo lo que daba. La música, las porras, los aplausos y los gritos ensordecedores de la gente hubieran impedido que alguien escuchara si Harry se ponía a gritar, pero era mejor llevarlo amordazado, así por lo menos lo escucharía sin interrumpirle.
—No sé por qué le crees más a ella que a mí – dijo Niall.
Subió los últimos escalones para llegar hasta el auto y lo abrió. Dejo a Harry en la parte trasera y se dio prisa en subir del lado del conductor. Abrió la guantera y sacó las llaves para encender el auto y la calefacción, ya que por las prisas, había olvidado que Harry no traía una playera que le cubriera ni el traía algún abrigo.
Harry se enderezó en su lugar y vio con sorpresa como Niall ponía el auto en reversa para salir del estacionamiento del estadio.
¿De dónde había sacado Niall un auto como ese?
Dejó vagar su vista por el interior del mismo, el lujo era notorio. Un BMW último modelo, con asientos de piel y equipado. Solo que este era del tipo familiar, no cabía duda que de ser de dos puertas, sería un magnifico auto deportivo. Aun así, ese auto debía costar una fortuna.
—¿Sorprendido? – dijo Niall desviando su vista del camino para ver los ojos verdes de Harry por el espejo retrovisor. Harry solo asintió topándose con la vista de Niall a través del espejo – te mentí – Harry bajo la vista al escuchar esas palabras – pero no de la forma en la que piensas – Harry volvió a mirarle por el espejo – cuando te esperaba fuera del estadio de Brown, en nuestro encuentro amistoso, preguntaste si era rico... - Harry asintió – te dije que no. Omití contarte que cuando murieron mis padres, me dejaron como heredero universal de su fortuna. Como siempre y hasta el último momento, trataron de compensar con dinero su falta de cariño – dijo Niall de forma melancólica – Acabo de heredar toda su fortuna. Estaba bajo la tutela de mi tío hasta los 18. Ya los cumplí, así que ya heredé. Sin embargo mi tío sigue haciéndose cargo de los laboratorios GY hasta que yo decida hacerme cargo de la compañía. – La mirada de Harry estaba cada vez más sorprendida – Yo no necesito el trabajo de las industrias Swift ni su dinero.
—Mmmphhss – trato Harry de decir algo.
—Por lo que me comentaste en el campo. Supongo que Taylor te dijo que había firmado un contrato con su compañía. – Harry asintió – La firma de ese contrato es falsa, para papeleo legal uso otra. La firma de ese contrato es la que uso para tareas escolares - Los ojos de Harry se abrieron aún más por la sorpresa – y no creas que fue lo único en lo que mintió...
Harry vio el semblante de Niall, apretaba fuertemente el volante con sus manos haciendo que los nudillos se le pusieran blancos. Su mandíbula estaba muy apretada. Se notaba que estaba enojado... Muy enojado.
¿Por qué no podía confiar en él como antes? ¿Por qué tenía que creerle más a Taylor? ¿Por el simple hecho de haberla visto salir de su habitación envuelta en una toalla?
¿En qué más había mentido Taylor? ¿A caso en que habían tenido relaciones? ¿Era eso? Pero... ¿Cómo?
—Mmmphh – trato de preguntar, pero esa maldita mordaza le impedía pronunciar palabra.
—Cuando te dije que no recordaba nada de lo sucedido, no te estaba mintiendo. Estaba seguro que Taylor me había dado algo en ese café – Harry observo a Niall por el espejo, lucía tan sincero en lo que decía – Sospechaba algo porque no había ninguna señal en la cama de que hubiéramos hecho algo. Descubrí una botella de vino en la cocina. Tú sabes bien que no bebo y en el departamento no hay licores, pero el vino no puede hacerte olvidar, a menos que hayas bebido mucho... Y Taylor solo lo vació en una de las tazas: la mía, no solo puso vino en ella, lo mezcló con algo más que fue lo que me hizo dormir.
