—¡Liam!– gritó Simon haciendo que el ojimiel se acercara algo temeroso. Simon de nuevo actuaba como siempre, a gritos – ¿Dónde diablos está Niall?
—Lo siento coach, Niall entró con nosotros a los vestidores, pero se me perdió de vista. Pensé que habría entrado al baño, pero creo que si fuera así ya estaría aquí...
—Ya lo busqué por todas partes y no lo encuentro coach – dijo el chico que había mandado a buscarlo.
—¡Maldición! – Gritó Simon enfadado – Piers tiene algo que ver con esto, estoy seguro.
—Pero coach... - intentó protestar Liam, pero justo en ese momento el silbato daba por comenzado el segundo tiempo del partido.
Simon detuvo a toda la ofensiva, ni siquiera sabía quién iba a ocupar el puesto que dejo Scott y ahora se le perdía Niall.
—¡Tiempo fuera! – gritó Simon al árbitro levantando las manos y formando una "T" con ellas al mismo tiempo en que comenzaba a caminar dentro del campo.
—Coach Piers – dijo Zayn apuntando al frente.
Piers volteó siguiendo la mano de Zayn y vio como Simon entraba gritando su nombre al campo. Esbozó una sonrisa y comenzó a caminar también dentro del campo para encontrase con Simon.
Desde las gradas, Stella se levantó a la expectativa de lo que pudiese pasar. Era la primera vez que Piers y Simon hablarían después de enterarse del contenido de la novela de Connor.
—Tu... - dijo Simon deteniendo en frente de Piers – me has quitado a mi mejor jugador... ¿Qué has hecho con Niall?
—Yo no tengo a Niall – contestó Piers de forma tranquila – ¿Qué te hace pensar que haría algo que pudiera dañarte?
—¡Yo sé que tú fuiste, Piers!, llámalo intuición, pero sé que algo tienes que ver con la desaparición de Niall. Y nunca me he equivocado en cosas que a ti se refieren – la mirada de Piers se llenó de tristeza en ese momento y Simon pudo verlo.
—Nunca... Simon – dijo Piers de forma melancólica.
Los locutores se daban prisa en narra lo que acontecía en el campo. Era la primera vez en seis años de partidos entre estas dos universidades, en que se veía a ambos entrenadores hablando de forma pacífica. Parecían dos viejos amigos que se encontraban después de un tiempo sin verse.
—Yo... - dijo Simon casi arrepentido de haber caminado dentro del campo para toparse con Piers – yo estoy seguro de que tienes algo que ver con esto – dijo regresando al tema que le había llevado a enfrentarse a Piers – ¡Ahora no tengo defensiva!
—Y yo no tengo ofensiva. Harry no jugará el segundo tiempo – dijo viendo a Simon de forma fija a los ojos.
Ambos se quedaron viendo por eternos segundo, estudiando los detalles de la cara uno del otro. Diez años habían pasado y parecían segundos.
Ambos soltaron la carcajada al mismo tiempo...
Desde las gradas, Stella se sentó de nuevo en su lugar. Los dos habían dado el primer paso al mismo tiempo con esa risa contagiosa. No tenía idea de que habían hablado, pero podía reconocer esa risa... Esa risa que siempre les acompañó a lo largo de su relación. Esa risa que nunca volvió a escuchar de Piers desde que se había alejado de Simon... Y ahora, después de diez años... Volvía a escucharla.
—Señores entrenadores, el tiempo fuera ya se agotó, es hora de...
—Tiempo fuera – dijo Piers viendo al árbitro.
—Muy bien – dijo el árbitro marchándose y dejándolos en medio del campo, de nuevo solos.
—Estamos a mano Simon – dijo Piers – yo he quemado también uno de mis cuatro tiempos, ahora ambos tenemos solo tres para jugar los siguientes dos cuartos.
