Terminando las clases, salí de ahí pero no e contaré a los chicos por ningún lado, así que decidí irme a casa para bañarme e irme a trabajar, cuando llegue al estacionamiento ahí estaba mi chófer.
- Hola Santi.
- Hola Abigail.
Me subí al asiento de atrás y él al del chófer, manejo hasta casa y cuando llegamos subí rápido a mi habitación para bañarme y cambiarme.
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Baje y subí al auto, llegamos a la empresa de Henry y saludé a la recepcionista, entre al ascensor y pulse el número 20, se detuvo en el piso 7 y subió un señor de aproximadamente unos sesenta años, me miró de reojo y me dio mala cara.
Y a este que le pasa.
- Trabajas aquí?.- preguntó de mala manera viéndome de abajo hacia arriba.
- Sí.- fue todo lo que dije.
- Pues no entiendo porque no te han despedido, el señor Cavill tiene la regla estricta de que todos sus empelados tienen que llevar uniforme.- un segundo... Henry me dijo que nadie ocupa uniforme aquí...
- Ah.. pero...
- Pero que vas a saber tu de respetar reglas, se ve que solo eres una hija de papi que le gusta hacer lo que quiere.
Woow, este hombre si que necesita una buena ma...
Calla y no digas más niña.
- Mire, Henry nunca me dijo nada, solo me dijo que podía traer lo que yo quisiera y...
- Henry?, Así le hablas a nuestro jefe? Que niña tan mal educada, y dime, en qué área trabajas tu, para reportarte de inmediato.
- Soy la secretaria de Henry...- y ahí está, otra vez, su cara se puso tan blanca que parecía que estaba hablando con un muerto.
- La.. la secretaria?...
- Sí.
- Yo... Lo siento mucho señorita, no.. no sabía que era usted, discúlpeme enserio, no volverá a pasar, solo... Le pido que no le comenté nada al señor Cavill, por favor, discúlpeme.
- Pero... Que pasa, está bien...- no termine la frase porque las puertas del ascensor se abrieron y ahí estaba Henry, con el seño fruncido.
- Porque tardaste tanto Abby.- dijo y después posó su vista en el hombre a mi lado.- Stefan, que hace aquí.
- Venía a hablar con usted señor y.. me encontré con su secretaria.- dijo dándole una sonrisa nerviosa.
- Ya veo, tú.- dijo señalándome.- Necesito que hagas una llamada al número que te deje en tu escritorio, y tú.- dijo señalando al hombre a mi lado.- A mi oficina ya.
Y con eso los dos se perdieron en la oficina, hice lo que me dijo Henry y aproveche que no me dio nada más que hacer, para avanzar le a mi tarea.
Estaba tan concentrada con mi tarea de matemáticas que no escuché cuando los dos hombres salían de la oficina.
