CAPITULO XIII

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Andrew me dejo en casa a las cuatro de la mañana, a este punto estaba por decirle que no tenía que llevarme pero ya estaba aquí, me despedí de él y caminé a la entrada como pude, mis piernas dolían y mi cuerpo estaba agotado.

Cerré la puerta con cuidado y...

—¡Al fin llegas!—

Carajo, yo solo quiero dormir.

—Pensé que estabas dormida.— Bostecé.

—Cuéntamelo todo.— Sonríe.

—No tengo nada que contar.— Mentí y me tallé los ojos.

—Helen, no soy tonta, no llegas de una cena a las cuatro de la mañana.—

—Tal vez si.— Volví a bostezar.

—¿Que hicieron?— Levantó las cejas un par de veces.

—Odio los interrogatorios y lo sabes, te contaré todo cuando descanse bien.— Pase de largo y caminé hasta las escaleras, me dolía todo el cuerpo.

—¿Con detalles?—

—Con detalles.— Afirmé y Jane aplaudió emocionada.

—Ya dijiste, tienes que cumplir.—

—Lo haré.—

No tenía fuerzas en el cuerpo para poder desvestirme, solo aventé mis tacones y me acosté en la cama.

Un mensaje me llegó.

Andrew📚
Te veo mañana en clases, descansa corazón.

Ese apodo me saca siempre una sonrisa tonta.

Al día siguiente me desperté faltando veinte minutos para que la escuela empezará, me levante tan rápido que me mareé, mis piernas estaban temblando, me puse una sudadera negra y unos pantalones de mezclilla ajustados.

Me moje un poco el cabello para peinarlo, me hice una trenza floja y dos mechones caían por mi rostro.

Tome mi mochila, me hice un café, Jane no se despertó así que tuve que manejar a la escuela, estaba lluvioso y me tocaría un poco de tráfico.

Faltaban cinco minutos y llegue justo, me estacione, baje mi mochila y mi café, caminé hasta la entrada y no puedo explicar el dolor que tenía en el cuerpo pero tenía que disimularlo, no quería parecer recién follada, aunque lo estuviera.

—¡Helen!— Sonreí cuando me di cuenta que quien me llamaba era Marcos.

—¿Que tal?— Lo salude con un abrazo.

—¿Todo bien y tú? Te veo algo apurada, ¿Te despertaste tarde?— Me tocó el hombro.

—Si, estaba casi por faltar.— Me reí un poco, —Detenme mi café por favor, tengo que sacar mis libros.— Caminé hasta mi casillero

—Te acompañó.— Dijo mientras me seguía.

Saqué mis libros, los puse arriba de mi lugar y agarré mi café.

—Me gusta mucho este día.— Tome un sorbo de café.

—Lo está, buen día para tomar café y galletas.— Sonrió y yo asentí.

—Podríamos aprovecharlo.— Sonreí, —Hay muchos días así ahora.—

—Tienes razón, ¿te apetece salir en la tarde?— Sugirió mientras ponía mi café en el suelo.

—Yo encantada, invita a más amigos para estar más cómodos.—

—Me agrada la idea, en la salida lo hablamos con más tiempo.— Mira la hora en su celular.

Tú eres mi secreto (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora