CAPITULO XXV

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Después de haberme comprado todo lo que quería finalmente puedo ir a casa sin ninguna preocupación o bueno, si, tengo una, que Jane no esté en la planta baja y me vea llegar con bolsas y bolsas de ropa, porque si, no compre sólo un conjunto, compre más por si el que tengo en mente no me favorece o simplemente no es de mi estiló que ojalá y si lo sea ya que de verdad quiero usarlo.

Llegue a casa y entré lo más silenciosa posible, mi alma regreso a mi cuerpo cuando no había nadie en la planta baja y al parecer nadie en la casa, ya es costumbre que está mujer se vaya a cada antro que vea y sus ganas aumentan cuando ve gente de dinero que pueda usar para sus caprichos, subí las bolsas a mi cuarto y empecé a probarme una lencería azul que combinaba muy bien con el vestido que había comprado también por si cambiaba de parecer, me vi al espejo y me gustaba como se veía mi cuerpo, me sentía sexy y muy linda, mi corazón se aceleró cuando escucho que llaman a la puerta, agarro una bata de baño la cierro con mis manos cruzando mis brazos entre mi abdomen para que esta no se abra.

Bajo las escaleras mientras ató la bata y me poso frente a la puerta, antes de abrir colocó un ojo en la mirilla de la puerta para ver quien es y es Ethan, no tengo idea de que hace aquí y menos ahora. Llevo ya unos treinta minutos hablando con Ethan mientras estamos sentados en la sala, es alguien que le encanta hablar hasta por los codos entonces no hay manera que pueda detenerlo sin que se sienta mal o que piense que no me interese y digo, si me interesa lo que me quiere decir pero a veces siento que es to much.

Entonces yo cuando fui con ella, adivina que, ella ya le estaba diciendo al otro que yo
hab...— Decido interrumpir.

—¿Te ofrezco un vaso de agua?—

—Oh, claro.— Sonríe y parece que no está molesto por haberlo interrumpido.

Me levanto, voy hasta la cocina y voy sirviendo agua en dos vasos de cristal.

—Helen, ¿qué haces con una bata de baño?—

Traigo una maldita lencería debajo, tonto.

Ahh, es que estaba por meterme a bañar y justo llamaste a la puerta, me puse lo que estaba a mi alcance.— Excusas y más excusas.

—Lo siento, no tenía idea de que te ibas a bañar, hubieras dicho eso y me marchaba hace un rato.— Ríe con algo de vergüenza y yo me siento nuevamente a su lado.

—Tranquilo, me gusta tu compañía.— Le acercó el vaso, él lo toma y le da un trago.

—¿Te gusta mi compañía?— Parece estar lleno de ilusión.

—Si, tú compañía de amistad me encanta.—

Auch, creo que eso hasta a mi me dolió.

Ethan no dice nada al respecto, fui muy directa y eso no era lo correcto, él siempre se toma su tiempo de venir y preguntar por mi, y yo lo único que estoy haciendo es mandarlo a la friendzone.

Perdón si te hice sentir mal.— Doy pequeños golpes al vaso con mis uñas.

—No pasa nada, yo lo entiendo.—

—No quería estropear el momento de esta forma.—

—¿Tienes algo con el?—

—¿Quién?— Levantó la cabeza para verlo y nuestros ojos se encuentran.

—Sabes de quien hablo.—

—No, dímelo.—

—El hombre alto que todos le temen.—

Profesor.

—¿Andrew?—

—Si ese mismo, Andrew, el profesor alto con ojos distintos y que es serio.— Levanta los hombros y apoya su cabeza en la palma de su mano, su codo está encajado en el sillón para poder sostenerse.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2023 ⏰

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