CAPITULO XIX

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Fue una noche larga, exquisita y una de las mejores que he tenido en mi vida, Andrew siempre sabe sacar cosas de mi que nunca me vi capaz de hacer, sentirlo conmigo, tenerlo y poder saborear cada parte de él es algo que me prende, me satisface y me complace.

Ojalá poder sentirme así toda mi vida, ojalá él se quede toda la vida y por mas cursi que me suene creo que es lo único que llevo deseando con ansias, aún me falta por conocerlo y espero que se de en poco tiempo.

Todo está fluyendo bien y espero que siga de esta manera.

Mi mañana iba bien, hasta el momento, salí con Jane al gym y rato después llegamos a un café a tomar algo.

—Bebé, ¿me podrías hacer un favor más tarde?— Dice mientras le toma una foto a su malteada de chocolate.

—Si, dime.— Di un trago a mi frappe.

—Es que a mi novio le quiero que llevar una canasta de dulces porque cumplimos una semana de estar juntos pero no puedo ir ya que él sólo estará en casa en la noche y yo tendré una reunión en línea del nuevo trabajo al que quiero entrar de maquillista.—

Mi cabeza va a explotar.

—Wow, wow.— Casi me atragantó, —¿Tienes novio y ya vas a trabajar?—

—Dah, obvio.— Rodea los ojos.

—¿Y en serio tengo que ir yo a llevarle eso?— Digo quejándome, —Ve tú otro día, no tengo ganas de ir solo para llevarle una canasta de dulces a alguien que no conozco.— Hago mala cara.

—Es el único favor que te voy a pedir en este mes, por favor.— Junta sus manos haciendo un puchero.

—Jane de verdad no, ve tu otro día.— Me niego.

—Oh vamos, no te pido nada nunca y cuando lo hago no quieres.— Insistente.

—Está bien.— Resoplo, —Pero será la primera y única vez que le llevaré algo a tu novio.—

—¡Gracias, gracias, gracias!— Chilla sacudiendo las manos.

—Por nada.—

Después de terminar nuestras bebidas nos quedamos hablando hasta que nos dieron la una de la tarde, nos levantamos y nos fuimos de nuevo a casa, cocinamos una pasta Alfredo y un poco de ensalada.

Nos servimos y nos pusimos a mirar la televisión mientras comíamos, los programas que ve ella me parecen un poco aburridos pero no perdía nada en ver algo con ella, al menos por convivencia.

—¿Y como empezaron a salir tú y tu novio? Cuéntame de él.— Me llevo ensalada a la boca.

—Lo conocí en el bar, era el que me estaba besando y que me cortaste el momento llevándome al baño.—

—¿Y que tiene de interesante?—

—Estudia arquitectura, tiene un hermano menor, le gusta salir de fiestas y obvio lo más importante, tiene dinero.— Sonríe.

—Me alegra que hayas conseguido a alguien.—

—Gracias, ya tendré quien me compre ropa.—

Era de esperarse.

—Si bueno al final de todo eres un poco interesada.— Ella me fusilo con la mirada.

—Deberías alegrarte por mi.— Su tono de voz era más fuerte.

No quería pelear con ella pero cualquier cosa que le diga de su nuevo amor terminaría en una pelea y no creo que tenga ganas de que eso suceda.

No discutí más, dejé que ella me contara de él.

Tú eres mi secreto (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora