𝕯𝖊𝖙𝖗𝖔𝖎𝖙: 𝕾𝖙𝖔𝖕 𝕭𝖊𝖎𝖓𝖌 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓 ↳ℝ𝕖𝕖𝕕𝟡𝟘𝟘

❖•ೋ 𝐈𝐕 ೋ•❖

Advertencia de temas que aparecerán en la historia: Violencia, Intento de suicidio, Vocabulario vulgar, Asesinatos, etc.

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•ᴛᴏʀʀᴇ ᴄʏʙᴇʀʟɪꜰᴇ, ᴘɪꜱᴏ 𝟷
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Una aglomeración de guardias se hicieron presenten en la puerta de emergencia, cómo si fueran un grupo de infectados energéticos encontrando que tras de la puerta hay carne humana.

El pobre morocho de nariz rajada miraba paralizado detrás de unos arbustos, a unos 50 metros.
Pero tuvo otra idea, digamos que sus ideas no son las mejores, pero por lo menos lo intenta.

Respiró hondo y...

salió corriendo.

Los guardias escuchaban ruidos así que intentaban alumbrar con sus linternas de dónde provenían.

Reed aprovechó el descuido de los soldados y entró en la torre, por la puerta principal. Y fue directo al ascensor.

Los guardias afuera hacían lo posible para apagar la alarma, mientras otros ahora se resignaban a buscar los alrededores. Gavin veía esos pequeños cuerpos oscuros alumbrando con linternas en el arbusto en el que estuvo, mientras el ascensor de cristal subía hasta el último piso, dónde no había luz. Él no quería irse hasta ahí, pero fue su única opción.

Miro a sus pies al guardia que tuvo que noquear, aquel que usó su voz para que el ascensor lo reconozca como parte de la instalación, y no un intruso.

Esperaba que no se despierte pronto, porque le había visto la cara, y claramente sabe que es el hermano del fundador de Cyberlife.

Y mientras escuchaba la música rompe ambiente del ascensor, intentando relajar su corazón, pensó en todo lo que estaba haciendo.

Se sentía bien. Estaba dejando que su cuerpo sea tan impulsivo como quisiera, haciendo cosas que nunca de permitió hacer pero que realmente quería, como por ejemplo: entrar ilegalmente a una de las propiedades de Elijah y crear caos.

Se sentía tan bien.

Sonrió pensando en el enojo que sentiría su hermano al enterarse de que estuvo ahí adentro.

Pero ahora, lo importante era encontrar a un androide, en 100 pisos diferentes, sin luz, con guardias que tranquilamente podían matarlo.

La adrenalina y el peligro le nutrian las ganas de vivir. Era emocionante.

Miró todo Detroit mientras el cristal subía los últimos pisos.

Oscuridad, disparos, gritos, el fuego de la central eléctrica se alzaba por los cielos, probablemente incendiando a las personas que estaban dentro del edificio. ¿Cuántos estarían muriendo justo ahora? ¿Sería el próximo?

Las puertas de vidrio se abrieron y salió al piso 100.

Miró el techo. Todo era vidrio, habían formas de salir a la parte superior, al exterior, y probablemente tener la caída más horrible del mundo. Pero se veían las estrellas, la enorme luna que parecia observar y juzgar cada una de sus acciones, la saludó, y fue a buscar a 900.

Desenfundó su arma, y le colocó el silenciador correctamente. Prefería que la luz de la luna le ayude a ver, en vez de delatar su posición con su linterna.

Pero por el vidrio, podia ver algunos pisos más abajo, habían guardias atacando a androides.

... A RK900s para ser específicos.