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Advertencia de temas que aparecerán en la historia: Violencia, Intento de suicidio, Vocabulario vulgar, Asesinatos, etc.

『 𝔒𝔩𝔡 𝔇𝔬𝔩𝔩 - 𝔐𝔞𝔡 𝔉𝔞𝔱𝔥𝔢𝔯 』

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El frío era difícil de combatir, junto al hambre, dos enemigos que ningún ser vivo debería tener, si quiere sobrevivir.

Un mundo sencillo, el paraíso.

Edificios intactos, personas alegres, el Departamento de policía de Detroit, Connor, Hank, Nines. Él sonreía. Era todo lo que necesitaba.

Las imágenes de sus pocos recuerdos felices se fueron distorsionando, como pasaba últimamente en su cabeza, en lo peor que le pasó en la vida.

La torre Cyberlife.

Cadáveres androides y humanos.

Putrefacción.

Sangre.

Gritos.

Cuerpos cercenados colgando de un techo.

Elijah.

Sus padres...

Eso era el destino de todos sus sueños, los cuales, sin importar que tan alegres fueran, terminaban transformados en aquel escenario apocalíptico.

Sus padres intentaban matarlo.

Elijah le daba la espalda.

Nines moría, por mucho que intentara salvarlo.

Sus pesadillas siempre eran sobre lo mismo.

Los roles se invertían.

Su padre, un monstruo, siendo tanto humano como cadáver, saltaba sobre él.

Podía sentirlo.

Como un cuchillo filoso atravesaba su cráneo, llegando hasta lo más profundo de su alma, la carne de su cerebro amortiguaba y recibía las múltiples puñaladas, su rostro se desfiguraba poco a poco.

Ya no podía gritar.

Solo podía sentir.

¿Por qué no moría?

Su padre seguía destrozando su cabeza, abriéndola en varias zonas.

Una cara irreconocible.

Un Gavin irreconocible.

Un cadáver.

Sus padres lo habían logrado.

Clavarle algo en la cabeza, como tanto querían. Durante tanto tiempo.

Una y otra y otra y otra vez.

La imagen de ellos, junto a Elijah, su hermano, cenando su cuerpo cocinado sobre una mesa, cuál cerdo, fue lo último que vió.

Sentía las partes de él, siendo molidas, trituradas y masticadas lentamente dentro del paladar de sus familiares.

Exquisito.

Necesitaban probar más.

Un cuchillo pasaba sobre él, arrebatando otro pedazo del "cerdo".

El tenedor salió lentamente de la boca de su madre, dejándolo atrapado dentro de ella, sus dientes postizos lo aprisionaban hasta molerlo, mezclandolo con su saliva y un horroroso hedor.

Una y otra vez, no necesitaban alimentarse de nada más que no fuera su malestar.

Y se lo tragó, bajando lentamente por su garganta, hasta ser disuelto en ácido estomacal.

𝕯𝖊𝖙𝖗𝖔𝖎𝖙: 𝕾𝖙𝖔𝖕 𝕭𝖊𝖎𝖓𝖌 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓 ↳ℝ𝕖𝕖𝕕𝟡𝟘𝟘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora