capítulo veintitrés.

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Regrets.

Se vuelve a voltear a ver la tienda de empeño a su espalda

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Se vuelve a voltear a ver la tienda de empeño a su espalda. Esos lugares le traen tanta nostalgia.

Recuerda que con su abuela venían seguido a ese tipo de lugares, tiendas de segunda mano donde vendían cosas de países exóticos, artesanías extravagantes y música de otro mundo. Su abuela -qué mujer más excéntrica- lo llevaba arrastrado a esos lugares cada que lo dejaban en su casa.

La mayoría de su infancia resultan en recuerdos borrosos por estar tan desconectado de la realidad por su imaginación inquieta. Sin embargo, retenía hermosos y lindos recuerdos de sus veranos en el la casa de verano de su abuela a las afueras de Luisiana.

Esa casa gigante -herencia del tercer y último esposo de su abuela-, con cortinas a crochet, alfombras peludas, cuadros horribles y hippies, música Blues y Rock todo el día y el olor picoso y cargado de especias que hacía su abuela era lo que evocaba cada vez.

Recuerda que le habló a Cinco mucho sobre ella.

En una de esas tantas tardes en las cuales el tiempo pasaba lento, lo tenía acostado en sus piernas mientras le hacía cariño en el pelo. Le contaba sobre las movilizaciones sociales en las cuales su abuela siempre se metía, su cambiante personalidad, su gusto exquisito con la decoración de la casa y su extraña forma de hablar, siempre parafraseando escritores célebres o famosos revolucionarios.

─Tu abuela se hubiera entendido bien con mi papá, te lo juro ─concluía siempre, con los ojos cerrados y la voz ronca y baja, en su punto máximo de relajación.

Él le sonreía, mientras se inclinaba para dejarle un beso en la frente, en la punta de la nariz y luego en los labios. Cinco se ponía rojo entero y luego se reía nervioso.

Así que, con eso en mente, decidió dar un paso al lado a la misión de los Umbrella para ir a resolver sus propios asuntos. Concretamente, completar el ciclo circular de su navaja de bolsillo; de su abuela comprándola en esa tienda en unos veinte años más, su padre heredándola tras haber recibido una paliza en la escuela y luego él por haber cumplido siete y tener suficiente edad como para irse solo a la escuela.

Cinco se opuso notoriamente al él decirle aquello, diciendo que le podría pasar algo, que podría venir alguien, que se podía perder o algo así. Se preocupó como si le hubiera dicho que se iría de Dallas.

─Enano, he estado en esta ciudad más tiempo que tú. No me va a pasar nada ─reclamó, cruzándose de brazos mirando al otro que estaba apoyado contra la baranda de la escalera.

Los hermanos de Cinco miraban la tele, pero todos de cierta manera trataban de oír su pelea.

No logró presentarse con todos como corresponde, Cinco se lo llevó a las rastras casi hacia arriba porque necesitaba estar a solas con él. Necesitaba estar abrazado a él como un niño asustado.

━━━ 𐙚 El aquí no es aquí ⋆ 🍂☕°。↝ 𝗙𝗜𝗩𝗘 𝗛𝗔𝗥𝗚𝗥𝗘𝗘𝗩𝗘𝗦. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora