Prologo

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La siguiente historia es para AbbyTaisho espero les guste.

•••

La sonrisa de la joven azabache hizo suspirar a los tres hombres sentados en el bar mientras recibían cada uno la invitación a la boda que sería dentro de cuatro meses.

Kagome se despidió cuando vio como su futuro esposo le hacía una señal para irse, se despidió con un beso en la mejilla y se fue dejando un ambiente muy tenso en el lugar.

–¿Y esto que?– Bankotsu, un moreno de ojos azules oscuros, cabello negro trenzado y un tatuaje en la frente leía la invitación y se irritó al leer el nombre de Kagome, su Kagome junto al de Naraku– ¿por qué ese idiota?

–Ese idiota, fue el único capaz de acercarse a ella– respondió Koga, el pelinegro de ojos azules más claros– no podemos quedarnos así.

–¿Y que piensan hacer?– Sesshomaru Taisho, un Daiyoukai puro, ojos dorados y sin expresión en su rostro, pero todos sabían del enamoramiento que tenía por la azabache– somos que, un mercenario– apunto a Bankotsu– un Youkai lobo empresario– alzó la ceja a Koga– y yo, un puto traficante enamorados de una humana.

–Una hermosa y amable humana– corrigió Koga y los tres gruñeron– ¿que tal si la secuestramos?

–Jódete, no haré nada ilegal– respondió Bankotsu, los dos acompañantes alzaron una ceja– Bueno, no hare más cosas ilegales.

Se quedaron mirando el trago en sus vasos antes de beberlo todo y levantarse para ir al hogar del youkai lobo, donde seguían bebiendo hasta olvidar que ninguno pudo quedarse con con ella.

–¿Sabes? La idea del secuestro me parece muy buena– habló un Bankotsu ya ebrio mientras los otros dos aún siquiera sentían el efecto, se miraron y lo escucharon atentamente, ¿como no hacerlo si él mejor que nadie sabía como hacer esas cosas?– Debemos elegir un día, ensayar muy bien y llegado el momento ponerse en marcha.

–Funcionaria, solos somos un asco– respondió sonriendo Koga– pero juntos, haremos a Kagome nuestra.

–¿Y por qué no matas a Naraku y ya?– preguntó Sesshomaru bebiendo Vodka desde la botella.

–¿Y que Kagome me odie? Mátalo tu– dijo quitandole la botella y dándole un buen sorbo– piensa, ella tuvo sentimientos por nosotros, al vernos juntos deseosos de ella no resistirá.

–Vaya gustos de esa mujer– suspiró Sesshomaru– bien, tenemos cuatro meses para planear todo.

–¿Ya has escogido día?– cuestionaron los dos ojiazules.

–¿Que no es obvio? El día antes de la boda– sonrió de lado cerrando sus ojos y respirando hondo– en la noche, así tendremos la excusa de estar en el bar.

Todos asintieron, se estrecharon las manos y siguieron bebiendo hasta que se quedaron dormidos.

Kagome mientras tanto, estaba en los brazos de Naraku, sintió una extraña sensación en su cuerpo, se levantó cubriéndo su cuerpo y fue al baño, se miró unos segundos al espejo, ¿que le pasaba? Suspiró alzando los hombros un poco, quizá eran los nervios.

Se lavó la cara antes de volver a recostarse, miró al de ojos carmín, ¿Realmente lo amaba tanto como para casarse? Se giró viendo a la pared, no podía dudar, no ahora que estaba siendo tan feliz.

La Dulce Fruta Para TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora