Nota: necesitaba sacar este capitulo extra para que no crean que me he olvidado de la historia, estoy con algo de bloqueo, pero espero les guste.
El capitulo mostrará cuando exactamente comenzó a tener sentimientos por cada uno, entre cada momento hay un lapso de 3 años.
•••
[Koga]
La lluvia comenzaba a ser más estrepitosa, la ojiazul ponía su mano sobre sus ojos para así ver algo, pero solo había árboles, ahora odiaba la idea del campamento, debió escuchar a su amiga Sango, quien le advirtió que estas cosas pasaban, siempre alguien se perdía, y ese alguien debía ser justo ella.
Se apoyó en un árbol tratando de recordar el camino, pero es que había corrido en todas las direcciones, deseaba llorar, estaba sola, mojada y perdida, hubiera pensado que Inuyasha sería buena idea, sus sentidos eran más agudos de los humanos pero es que al ser solo un mitad demonio no tenía la habilidad de bloquear ciertos aromas para encontrar su objetivo.
-Bien Kagome, para cuando te encuentren solo seras un cadaver- pensó sintiendo como las lágrimas se mezclaban con la lluvia- por favor, que alguien venga.
Los minutos comenzaron a pasar, temblaba completamente mientras seguía pidiendo que llegase alguien, estaba por dejarse caer al piso cuando unas cálidas y grandes manos la tomaron de la cintura, todo lo que pudo ver fue una sonrisa que mostraba colmillos.
-¿Que hace una belleza como tu en mi bosque?- la voz varonil causó estragos en su mente, pero sobre todo alivio, alguien la había encontrado, lo abrazó agradeciendo y escuchó una risa- Estas algo lejos del campamento, vamos.
-Gracias- un youkai, había sido salvada por un youkai, se dejó tomar en brazos y se aferró bien a su cuello cuando comenzó a correr-.
No supo cuanto tiempo pasó, quizá una hora o solo minutos, pero ya estaba siendo dejada en la puerta de su campamento, se giró viendo al fin el rostro de su salvador, se veía joven, quizá unos veinte en años humanos, nariz respingada, ojos azules rasgados y labios delgados, cabello negro atado en una coleta alta.
-Muchas gracias- la puerta se abrió y Sango lloró de felicidad mientras la abrazaba, Kagome seguía mirando a su salvador, quien solo sonreía- ¿te gustaría pasar?
-No, lo siento- la ojiazul comenzó a disfrutar más de lo debido esa sonrisa, sus mejillas se sonrojaron un poco- debo irme, procura no salir sola.
Sango agradeció y entró a Kagome, la llevó inmediatamente al baño por agua caliente, informó a los maestros que había llegado su compañera y pidió comida caliente para hacerla entrar en calor, le ayudó a lavar su cabello, quitó las hojas que se habían colado y notó la mirada perdida de su amiga.
-¿Te gustó?- Kagome se sobresaltó y negó, pero solo recibió una carcajada- es de los empresarios más grandes de nuestro país, Koga O'kami. Un youkai lobo puro- informó Sango sacudiendo sus hombros- ¡debes estar bromeando!
-Koga...- susurró con una sonrisa.
[Sesshomaru]
El cielo azul se veía hermoso, las nubes esponjosas y el fresco viento lo hacían un día perfecto, Kagome esperaba en la fila para recibir ya su pedido, suspiró ante el calor que sentía, odiaba no haber encontrado una liga para atar su cabello, buscó entre las mesas y vio a su amigo Inuyasha, quien movió la mano en señal que debía apresurarse.
Lo miró con el ceño fruncido antes de girarse y esperar que terminaran de poner su pedido en la bandeja, dio las gracias con una sonrisa y llevó todo a la mesa que compartiría con Inuyasha.
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La Dulce Fruta Para Tres
Nouvelles•Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi •Esta historia contiene Sesshome, BanKag y KogaKag •Si alguno de los shipp no es de su agrado no lea, los malos comentarios no son leídos y se borraran