Capítulo 10: Voy a mi hogar.

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Canciones que te recomiendo escuchar en este capítulo: RU FRECUENCE DE EUTANASIA.

La noche prestaba las estrellas aquel diecinueve de mayo. El frío no bajaba de los diecinueve grados. Tomás paseaba por la junín solo con esa presión en el pecho, con los nervios y sus auriculares que lo acompañaban, lo aislaban del mundo. A menos de una cuadra vió a Macarena, al lado de ella esperaba la que parecía ser Evelyn. 

_Hola negra, ¿cómo está señora? Bue, no decido quién de las dos, vino más linda... gracias por venir, señora.

Macarena armó una sonrisa para saludarlo con un abrazo y un pico.

_Hola payaso, gracias, vos también estás lindo.

_Hola Tomás, acá andamos.

Al lado izquierdo de la puerta del bar comenzaba la fila que superaba las quince personas y más llegando. Un par reconocieron enseguida al simpático joven. Cuando lo hicieron dejaron su lugar en la fila para ir a saludarlo. Dos sonrientes chicas se acercaron al comediante acompañadas por un joven más alto, que en la mirada no expresaba nada. La conversación más bien parecía un interrogatorio con ellas tirándole preguntas a un Tomás al que su introversión no lo dejó reaccionar. Macarena vio la secuencia y en lugar de permancer a su lado, volvió con Evelyn. Su sonrisa era nerviosa y por dentro su voz interna trataba de brindarle calma. "Okey... esto es nuevo, relájate y decí algo".

Las palabras comenzaron a salirle de la boca, cuando sin previo aviso, del interior emergió la figura de Gustavo. Drinkmann fue con la intención de encontrar a su comendiante, a quien encontró en medio de esos tres. A su parecer lo estaban molestando, por lo que sin mediar palabras fue hasta allá.

_ ¡Che, che! ¿Te están molestando? Vení, vamos para adentro. 

Exclamó cortando con todos, el señor de los tragos, sin darle tiempo a replica al payaso. 

_Tomá, te dejo los precintos, entrá rápido, así ya no te molestan.

_Pero estaban saludando nomás, Gustavo.

Gustavo ni siquiera oyó lo que había dicho el joven Barba, solo pegó media vuelta e ingresó al Bar. Macarena, volvió hasta Tomás, para continuar la charla con una pregunta.

_ ¿Qué le pasa?

_Ni idea, re gil como salió, son clientes. Ya le voy a preguntar ahora cuando entro.

Contestó el payaso. Sin pensar de más, regresó a los precintos, que entregó a la chica de las pecas antes de pedirle.

_Tomá, uno para vos y otro para tu mamá, los demás repartilos, o véndelos, no importa. Yo entro hablo con él una cosita y vuelvo.

Tomás ya encaraba para el bar, cuando Macarena lo sostuvo del pullover.

_Che, pero, pará... ¿a cuánto las vendo?

_No sé, ¿cuánto sería justo? Véndelas a cuanto creas que es justo y usá esa plata por si te querés comprar algo.

_No, yo después te la paso. Pero andá y hablá con él.

_Bueno ya vengo, estás muy linda, loco, ¿tan linda vas a ser?

Sin perder más tiempo, el joven se dirigió hacia el interior del bar. Evelyn que hasta entonces se hallaba lejana, fue hasta Macarena. 

_ ¿Quién era ese que salió?

_Ese era Gustavo, el jefe y el dueño del bar.

Informó Macarena que miraba a quien venderles las entradas.

_Ah, entiendo ¿y por qué salió a gritar así?

_Ni idea, ma, eso es lo que fue a averiguar el payaso...

Escenario VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora