Escenario Vacío

Capítulo 15 Cuatro canciones y un par de billetes.

Las canciones que te recomiendo escuchar para este capítulo son: HEARTBREAK HOTEL DE ELVIS PRESLEY. CREEP DE RADIOHEAD. BICHO DE CIUDAD DE LOS PIOJOS. 

Sus suelas empujaban la peatonal Junín, su nariz se embriagaba en olor a chipá recién sacado del horno. Ese martes, doce de junio, saldría temprano del instituto para iluminar con su presencia su escenario. Día gris, frío como un clásico día otoñal, nubes que de a poco se iban tornando violetas por la llegada del crepúsculo, anunciando quizá una lluvia. Sus auriculares regalaban música a su interior. Por fuera, visualizaba gente cubierta en buzos o suéteres. 

No se detendría, hasta ver a aquel simpático muchacho que conoció el sábado pasado. Con cuidado retiró sus auriculares para escuchar la interpretación del guitarrista.

En medio de Junín se encontraba, vistiendo con zapatillas negras y gastadas, unos jeans azules y un pulóver negro con rayas gruesas de un gris oscuro. Interpretando "creep" de Radiohead. Buscando imitar lo más fielmente a Thomas Yorke. Personas iban y venían, solo un grupo de ellas se detuvieron a escuchar al artista callejero.

_Muchas gracias.

exclamó al finalizar. Tomás vió su oportunidad para acercarse y charlar nuevamente con él.

_Vamo, ey ¿cómo estás? ¿Cómo le hacés para cantar tan similar a cualquier artista? la vez pasada fue Liam, ahora este tipo.

Cuestionó el de los chistes, el imitador lo reconoció.

_Ey, ¿cómo te va? todo bien. Sos el chabón del otro día, el del agua. No sé... practicando.

_Sí, soy Tomás, tu fan pue.

Una tenue risita soltaría el de la guitarra, que volvería a agradecerle.

_Gracias, gracias.

_Un gusto volver a verte boló... ¿y cómo va el negocio?

_Y ahí, supongo que bien... ya van como cuatro canciones y un par de billetes.

Dijo viendo el estuche de su guitarra con lo que había dentro de él.

_Llegué hace un rato, poco más de media hora por ahí.

_Ah, recién nomás, bien... cuchá, ahora cuando te canses o lo que sea, pasa si querés por el bar donde trabajo, queda acá a dos cuadras, te invito algo si querés.

El portador de la guitarra se detuvo como reflexionando en su interior. Como si algo no lo estuviera convenciendo, algo desencajaba, no sabía con exactitud qué, pero algo no estaba bien. Confundido quizás un poco por la amabilidad del joven despeinado que tenía enfrente, porque no era la primera vez que lo invitaba sin conocerlo al lugar donde trabajaba, el que se haya acercado así a cantar con él, el agua que le había regalado, algo no estaba bien con ese chico, que suponía menor que él.

En los tiempos actuales se debe dudar ante cualquier signo de amabilidad, porque las intenciones de las personas suelen confundirse. Se duda de cualquier actitud gentil de otra persona por ese presentimiento de "que me va a pedir ahora". Por lo general, se espera eso cuando alguien tiene una buena acción con uno, o siempre está la duda de "¿tuvo esa actitud porque le nació, o me va a pedir algo a cambio?". ¿José, se permitiría la duda o iría de lleno a buscar la intención "secreta" que pensaba Tomás tenía? Con muchas idas y vueltas, el guitarrista, cortaría con todas las presuposiciones del payaso.

_Ey.... escuchá, yo no te conozco y no soy gay, no me interesa, no sé qué te hizo pensar eso. La otra vez me sentí un poco incómodo y no te dije nada, te lo dejé pasar, pero no voy a ir.

"jajajajajajajajaja pensó que eras puto, no jodas... pensó que le ibas a soplar la nuca o la vela, o lo que las personas homosexuales hagan... puta madre, boludo, amo a este barbudo". En dosis extremas de carcajadas se burlaba su voz interna.