Escenario Vacío

Capítulo 7 El que Tenga Miedo de Morir, que no Nazca.

Canciones que te recomiendo escuchar para este capítulo: DREEP DE DROVE AMARO. NO QUIERO SER NORMAL DEL CUARTETO DE NOS. 

Caras desconocidas, pegadas a pantallas o a vidrieras con buenas ofertas. Rostros serios, algunos tapados por el frío con bufandas y gorros. Esos once grados correntinos llegaban hasta los huesos.

Con ese buzo negro de Coca-Cola, Macarena paseaba de la tibia mano de Tomás, sin prestar atención a nada, solo yendo hacia adelante, con esperanzas de llegar lo antes posible a la plaza Vera.

_ ¿Estuviste practicando?

Ensimismado, Tomás no hacía más que caminar.

_ ¿Payaso?

Lo veía desganado, desmotivado. El despeinado joven caminaba, como si no tuviera elección, como si fuera un prisionero; cabizbajo, taciturno. Tomás que cubría sus cabellos con sucapucha, sintió esa sensación de que alguien lo estaba observando, y en ese silencio compartido, llevó su mirada hasta la dueña de esa fría mano que estaba en la suya.

_ ¿Hm? Perdón, negra, estoy re en otra.

Confesó por fin el joven Barba. Macarena no era ninguna boluda, presentía y con razón que algo dentro de Tomás no estaba bien.

_Sabés que si no querés hacer esto, no tenés porque hacerlo... vamos a otro lado si querés, ya que andamos por acá.

_La cosa es... que sí quiero hacer esto.

_ ¿Y entonces? Estás muy callado, como si no quisieras, ¿tenés miedo?

Otro silencio más de Tomás. Macarena no lo sabía, pero dentro de su cabeza, su graciosa voz interna, no estaba de turno, era turno de esas oscuras voces que lo confundían. Diciéndole: "Es al pedo que vayas, lo único que vas a conseguir es terminar más humillado". "Ese tipo no te conoce, cuando te vea se va a dar cuenta de que se equivocó". De pronto, esas voces sonaron mudas, porque otra voz llegaba desde afuera.

_ ¡Tomás! ¿Qué pasa?

El payaso regresó a esos ojos verdes, solo para soltar eso que tenía dentro.

_ ¿Y si no soy lo suficientemente bueno?

Macarena viendo al fin eso que Tomás no mostraba, le mostraría eso que el payaso no lograba ver.

_Nadie nace sabiendo, payaso... hay muchas cosas de las que no estoy segura, pero deesto sí. Sos la persona más graciosa que conozco y lo que vos hacés, no lo hace cualquiera. Lo que tenés es miedo y está bien sentir miedo, pero que eso no te impida vivir, Tomás. Hay una frase que me encanta, perfecta para este momento, que dice: "el que tenga miedo de morir, que no nazca". No podés vivir con miedo. Esto no es nada, si esto sale bien, perfecto, le damos para adelante. Y si no sale, no importa, seguimos para adelante también. Lo vamos a hacer hasta que salga, porque no voy a permitir que todas esas historias que tenés escritas, se conviertan en una anécdota nomás.

Macarena hablaba con el corazón en mano, en cada palabra un palpitar, con sus palabras ahogaba esas crueles voces dentro de la cabeza de Tomás. A partir de esa confesión, la payasesca voz interna del encapuchado emergió. "Dale, vamos a ese bar, el que no va es puto". Tomás sonrió desde las inmensidades intangibles de su alma para luego regalarle una sonrisa a la chica de la arruga en la nariz.

­_Gracias... dale vamos. Ya hasta me diste una idea para hacer un chiste. Bancame lo anoto y seguimos.

Macarena devolvió una mueca de alegría. ASin perder tiempo, el payaso sacó sus utensilios y comenzó a anotar el chiste que le había regalado Macarena.