Capítulo 21: Confiá siempre en vos.

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Las canciones que te recomiedo escuchar para este capítulo son: ONE MORE LIGHT DE LINKIN PARK. WISP DE WINTER AID. BAD DECISIONS DE THE STROKES. NUVOLE BIANCHE DE LUDOVICO EINAUDI. NOTHING LEFT TO SAY DE IMAGINE DRAGONS. TALK TONIGHT DE OASIS.

Voces que decían palabras esquivas, sonaban por doquier. Las horas avisaban las ocho menos cinco de la noche. Sentado en un sillón miraba un punto fijo, Tomás, aparentaba perdido, como en una nube. A su lado, Gonzalo, guardaba silencio esperando a ver si el correntino decía algo o no.

Bebo Giménez, el primero en actuar estaba posicionado tras los telones, los demás aguardaban su turno tras bambalinas, algunos sacándose fotos, otros escabiando y practicando y los que restaban leyendo y practicando o vocalizando sus actos. Quien más tranquilo parecía era el gigantesco chaqueño que todavía esperaba alguna palabra de ese que creía a su lado. Aburrido un poco, Buzzi iría a por él.

_ ¿Eh Barba, seguís acá, boludo?

_Sí, ¿qué pasa, boludo?

Respondió el agotado payaso, sus ojeras eran largas y oscuras, sus ojos colorados, quemaban.

_Bue loco, pensé que te fuiste o algo, porque no dijiste palabra desde que llegamos más o menos.

Expresó el chaqueño que tenía las manos pegadas y los dedos entrelazados.

_Sí, perdón... estoy re en otra, disculpá.

El joven despeinado, frotó sus ojos. Gonzalo, sin saber que sucedía dentro del correntino comenzó a molestarlo.

_Boludo, no me jodas que estás nervioso.

_Sí... un poco, un poco asustado y ansioso también.

Luego de un bostezo, respondió el agotado Barba.

_Bue... no puede ser, boludo, desde que te conocí que no te callás y ahora la putita está asustada, me mato, ya.

_Y bueno, loco, son muchas emociones juntas, vos ya conocés todo esto, ya viajaste a actuar a otros lugares.

Simplificaba el payaso frotando incansablemente sus ojos. Sin verlo, Buzzi dirigió su cabeza hacia donde escuchaba las palabras del Barba.

_Pero dejate pue de joder, hermano, ya hiciste muchas veces esto. La gente pagó para venirnos a ver y si nos va mal ya fue, él que sigue nos salva y listo. No te ahogues en un vaso de agua.

_Vos sos vivo porque no ves a toda la gente que está ahí adelante... está lleno el lugar.

Explicaba el payaso, yendo hacia el borde del sillón, las manos cubriendo su cara, una batalla interna se debatía puertas para adentro. No podía pensar, su voz interna, extraviada, no aparecía, su musa no estaba a su lado y Gonzalo no ayudaba, por más que lo intentase. 

_Loco, yo no me pongo nervioso porque no me apuro, si te olvidás de un chiste seguí con otro, no te preocupes, ellos no conocen tu monólogo, no van a saber que te olvidaste de algo... hay que ser ocurrente, ayer eras una metralleta de descanse, cada joda que me tiraste, yo no podía creer, boludo. Concéntrate, relájate, tomá algo y va a estar todo bien.

_Loco, me hiciste acordar, no tengo mi jarra de fernet acá.

_No importa, acá te van a dar algo, porque nos estudiaron a todos, conocen nuestros estilos, tipos de humor y todo, no te preocupes... pero yo que vos, me tomo algo para relajarme, porque ya me tenés podrido.

Señalo el gigantesco invidente, provocando risas nerviosas en el payaso. Esa sonrisa se extendió hasta que trató de tomar aire y de pronto sintió un nuevo pinchazo en el pecho. Este era diferente, más fuerte que el de hace un día, más intensa, más profunda. Precipitadamente llevó su mano hasta el pecho para intentar contrarrestar aquella molesta presión. La puñalada invisible era profunda y seguía penetrando su pecho, apretaba los ojos, concentrándose en no alzar la voz, apretaba la mandíbula. La respiración le tornó costosa, agitada, que de la nada lo llevó a sudar frio, de su nariz salía aire violento, hasta que la misma respiración se tornó sonora, hasta dar con la poderosa audición del invidente.

Escenario VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora