Capítulo 27: ¿Para Siempre?

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Las canciones que te recomiendo escuchar para este capítulo son: HAPPIER DE MARSHMELLO. HAY MOMENTOS DE GUASONES. BICHO DE CIUDAD DE LOS PIOJOS. IRIS DE GOO GOO DOLLS. PROMISE DE BEN HOWARD. STAND BY ME DE OASIS. STOP CRYING YOUR HEART OUT DE OASIS. SATURN DE SLEEPING AT LAST. NUVOLE BIANCHE DE LUDOVICO EINAUDI.  

Casi un mes entero había pasado desde las sorpresas del caluroso enero. Desde la buena noticia del consultorio de Aguilera, el payaso había regresado a sus hojas, ese payaso interno había retornado de su viaje interno, más fuerte, sabio y con más ganas. En Gustavo se concentraban las ganas de mandar a volar a un agrandado José Andrés, solo faltaba que a Tomás tenga su implante y su regreso sería inevitable al igual que la salida del barbón. 

El señor de los tragos, volvió a trabajar como nunca tras la sorpresa llegada a su bar aquel indeleble quince de enero. El regreso de Tomás "el payaso" Barba, resultaba inexorable, aunque este regreso en efecto se trataba de algo sigiloso, desde las sombras.

A unos no caían que faltaba nada para volver a un escenario, y pedirle casamiento a su gran amor, a otros todavía no se le notaba la panza.

Pasaban de las ocho de la mañana, un sol gigante hacía presencia de lo que advertía ser otro atosigante y caluroso día. Los hermanos Barba y la chica de la arruga sobre la nariz esperaban la llegada de la camioneta de los Drinkmann.

_ ¡Qué calor del orto!

Expresó Gustavo, con el codo izquierdo apoyado sobre el marco de la ventanilla llegando a la casa de Dora. 

_Bueno, por lo menos tu cumple cae perfecto para ir a la playa.

Expresó Inés al lado de este.

_Encima es temprano, imagínate lo que va a ser más tarde... bueno, me consuela que me voy a re empedar.

Antes de que pudiera decir otra cosa, presionó la bocina dos veces y volvió a decir.

_Espero que estén listos y no me hagan esperar, porque estoy cagado de calor.

_Bue, negro, estás hecho un viejo, ¿de todo pa te vas a quejar? Un ratito deja de joder, chamigo.

Antes de que el viejo de Gustavo presione la bocina, la puerta de la casa cedió. Juliana iba primera, Macarena en medio y Tomás atrás de las dos, cada uno llevaba una mochila con toallas y lo que les hiciera falta en la playa. Juliana fue directo al portón con el termolar en la derecha a saludar a los yanquis, mientras que Tomás detuvo a Macarena. 

_Negra, ¿no te olvidás de nada?

_Creo que no, anoche guardé todo.

Tomás con su sonrisa poniéndose unas gafas de sol, agregaría.

_Bueno, vamos.

Juliana abrazaba al héroe yanqui deseándole un feliz cumpleaños.

_Feliz cumple, negro, ahora te doy tu regalo, pasa que lo tengo en la mochila.

_Gracias, Juli, pará... ¿los tres tienen regalos para mí?

Parado atrás de la camioneta sujetaba la mochila de Juliana para guardarla con cuidado con temor a romper algo.

_Sí pue, negro feo, ¿qué esperás?

Contesto una Macarena que saludaba a Inés a dos besos.

_Cajeta, ahora me comprometen a regalarles algo nae.

Expresó riendo un poco el cumpleañero antes de que Macarena se acercara a darle otro abrazo. Y a entregar también su mochila.

_El hermano menos rata lo tenemos nosotros, Ine.

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