Ready or Not? | Scream 4

Capítulo 19

Estabas caminando por las calles vacías y miraste hacia el cielo para ver nubes grises oscuras que comenzaban a abrirse. La lluvia caía al suelo, las gotas saltaban en el aire mientras otras nuevas golpeaban los charcos de la lluvia más reciente. Las únicas fuentes de sonido eran cubos de aguacero cayendo sobre el pavimento y tus propios pasos.

Necesitabas respuestas. Respuestas que solo Billy y Stu pueden darte, quisieran o no darlas. Lo merecías. Por eso los estabas buscando en cualquier lugar que se te ocurriera, por tu cuenta.

Estabas decidida a encontrarlos, recordando otro recuerdo. Despertar en la cama del hospital cuando Stu dio la noticia de que Meeks mató a tus padres, Tatum, Sidney, Ryan, Casey y Steven. Te habías caído de un tejado, lo cual era sólo una parte de la verdad que ahora, más que nunca, deseabas descubrir.

Necesitabas saber por qué. ¿Por qué lo hicieron?

Tienen que estar por aquí, te dijiste. Tu cabello estaba pegado a tu cabeza mientras las gotas de lluvia golpeaban tus mejillas y rodaban como las lágrimas de enfado que deseabas que vinieran.

La ira distrajo tu mente del hecho de que ya te estabas congelando, algo que apenas sentías con la lava hirviendo corriendo a través de ti.

Pasaste por otra cuadra más, curvando tus dedos hacia tus palmas como lo harían las patas de una araña cuando muere.

Era maravilloso cómo unos minutos podían tomar todo lo que sabías y darle la vuelta, tomando la realidad a tu alrededor para transformarla en algo completamente reconocible.

Tus sentimientos por ellos antes de que Martha te mostrara la cinta y después parecían provenir de diferentes dimensiones.

Mientras caminabas a toda velocidad por un callejón vacío, se oyó un crujido detrás de ti. Escalofríos atravesaron tu piel y salpicaron los huesos de tu columna vertebral mientras estirabas el cuello hacia un lado, mirando hacia atrás.

A la izquierda, luego a la derecha, luego otra vez atrás, pero no había nadie. Aceleraste el paso y continuaste con tu caminata, no después de que una risa torcida rebotara en las paredes.

Una extremadamente familiar.

"¿Te vas tan pronto?"

El pavor que se instaló en tu estómago fue el mismo. Esta vez fue aburrido, como una imagen detrás de un vidrio esmerilado. Podías ver su forma, ver cómo se movía omnipresentemente a la vista, pero no te picaba como solía hacerlo.

Había un timbre específico en la voz que solo podía pertenecer a alguien más que a Ghostface, el sonido áspero de sus vocales hizo que te subiera un cosquilleo por la columna.

Volviéndote hacia él, casi creías que la persona no era más que una alucinación; tiras de tela negra que desafían la gravedad simplemente flotando alrededor de la figura vestida de cuero a la que estaban unidas. Era como si la gravedad le hubiera otorgado su propia habilidad legítima, y ​​te preguntaste cómo eso era posible.

Pero eso no fue lo único aterrador.

Era la máscara de color crema con una expresión afligida fundida en ella, haciendo que cada centímetro de tu piel ardiera bajo su mirada invisible que apretó su agarre sobre ti.

Mantuviste tu posición, observando a la persona con ojos cautelosos. "¿Quién diablos eres?"

Ghostface estaba sentado en un contenedor de basura cercano, las piernas saltando juguetonamente, claramente emocionado a su máxima capacidad.

"¡Ey!" Su barbilla alargada se levantó en un saludo a medias. "En primer lugar, esa no es una forma educada de saludar a alguien. Realmente deberíamos trabajar en tus modales... Y en segundo lugar, ¡se supone que eres inteligente! Sabes que no responderé esa pregunta".