II

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¡Bienvenidos a la maratón de capitulos 1/3, disfruten!❤️

Jamás en su vida Jungkook se había sentido tan agradecido de no haber seguido la moda de sus
contemporáneos. Una cosa era ser un pensador independiente e ir contracorriente, pero a veces
era mejor usar pantalones holgados que le daban la oportunidad de ocultar una erección.

Podía sentir cómo su endurecido pene se movía al compás de cada paso que daba, su bóxer se
frotaba contra la hinchada cabeza de su miembro.

Esperaba no correrse en el interior de sus
pantalones antes de llegar a su pequeño y sencillo apartamento.

Tomó asiento en el tren, que estaba ligeramente vacío a esa hora. Luego se puso de pie otra vez
al notar cómo su erección le abultaba los pantalones.

Sería algo que solo un ciego no notaría.

Comenzó a estudiar los anuncios sobre las ventanas, deseando que su pene se calmara, aunque no tuvo éxito alguno.

Por lo general tenía muchas erecciones y se masturbaba como mínimo una vez al día, sin
embargo ahora estaba tan duro que podría martillar clavos. Cuando llegó a su estación se bajó del tren, cada paso era un verdadero esfuerzo. Por primera vez comenzó a preguntarse si los calzoncillos no eran una mejor opción. Seguramente serían más… restrictivos cuando uno estaba en este estado. Jungkook gruñó, solo pensar en la palabra “restricción” hizo que su pene saltara otra vez.

No le quedaba otra opción más que apresurarse.

Llegó a la puerta de su edificio y corrió por las
escaleras. Al menos el esfuerzo hizo que su erección disminuyera un poco. Para cuando abrió la puerta, esperaba que todo estuviera bajo control porque no cedería ante… lo que fuera que era
eso.

Entró al pequeño cuarto de baño y se bajó los pantalones. Se paró al lado del inodoro, se giró
moviéndose hasta que pudo ver el reflejo de su trasero en el espejo con la marca enrojecida de la
palma de una mano.

—Estúpido, idiota, Jungkook —se dijo a sí mismo y luego se carcajeó—. ¿En qué demonios estaba
pensando? ¿Estaba pensando?

Pero ahí estaba, la marca roja de un color más pálido. Mientras la miraba, la marca de la palma
comenzó a pulsarle, enviando un ritmo latente directo a su entrepierna. Su pene volvió a levantarse, estaba duro y caliente, apuntando al techo. No podía recordar la última vez que estuvo
así de duro y lo estaba matando.

Trató de pensar en los senos de su última novia y cuando eso falló, pensó en la novia anterior a
esta mientras se masturbaba, frotó la cabeza llena de semen. Jadeó cuando se frotó con más fuerza y agregó un ligero giro a cada movimiento, pero no pudo alcanzar el orgasmo… De repente escuchó el ruido de la palma de Jimin cuando chocó contra su trasero y se imaginó como debió lucir el otro hombre cuando lo golpeó, en ese momento comenzó a correrse con un grito, fue más duro y largo que cualquiera de sus experiencias pasadas.

Estaba sobre sus rodillas cuando recuperó la cordura, una mano estaba aferrada al lavabo y la
otra alrededor de su flácido pene, tratando de recordar lo que había ocurrido entre él y su jefe.

—Maldita sea —susurró.

•••

Después de que Jimin se hubiera limpiado y arreglado, tomó su cámara y la llevó al cuarto oscuro para sacar la película. Usaba su cámara digital en ocasiones, pero prefería su vieja cámara manual de una lente, que le daba mayor control sobre iluminación, fondo y enfoque.

No podía esperar a revelar las imágenes y ver lo que tenía.

Pacientemente mezcló los químicos y se dirigió al revelador, para mayor velocidad introdujo la
película en el carrete y esperó del otro lado para ver el resultado. Cuando los negativos aparecieron, se acercó y olfateó el horrendo aroma de los químicos.

El fotógrafo → JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora