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Taehyung codeó a Jungkook en las costillas mientras se paraban detrás de las luces, mirando cómo Jimin acomodaba la siguiente toma.

-Koo, ¿te has dado cuenta de que nunca estás en las tomas con las chicas?

Jungkook sí lo había notado y se preguntó incómodamente si Jimin pensaba que no podría desenvolverse bien al lado de chicas hermosas, pero no iba a discutir eso con Taehyung.

-No, no es gran cosa.

-Namjoon dijo que esta toma podría terminar en la portada -dijo Taehyung señalando la sensual
escena.

Por la forma en la que Jimin había iluminado a los modelos, Jungkook no podía discernir qué hacían, pero sí podía distinguir a los cuerpos femeninos y masculinos, la luz dorada se reflejaba en las gotas de sudor, látigos e inmovilizadores. Músculos tensos por el esfuerzo o la sumisión daban mucho a la imaginación. Deseaba ser parte de lo que era testigo, aunque la emoción efímera creada por los cuerpos era simplemente una ilusión, nada era real o sólido.

Aun así, se sentía verdadero. Lo llamaba como el canto de una sirena y el flash de la cámara de Jungkook congelaba el continuo movimiento de los cuerpos en pequeñas imágenes que durarían siempre, una tras otra.

Y luego se acabó.

-Muy bien. Pueden descansar -informó Jimin.

Los modelos rieron y bromearon mientras se separaban unos de otros y se transformaban en
personas ordinarias otra vez, en lugar de seductores dioses y demonios con el poder de seducir a Jungkook en su posición segura detrás de las luces.

Volvió a mirar a Jimin y notó que estaba igualmente afectado por la sesión. Su boca estaba abierta y parecía atónito mientras observaba. Tragó fuertemente y volvió a mirar a Jungkook lentamente, como si acabase de despertarse.

-Amigo, eso fue... algo intenso.

-Sí -dijo Jungkook-. Algo intenso. -No podía recordar si alguna vez se sintió celoso cuando sus antiguas novias le hablaron de otros hombres, pero se sintió así cuando miró a Bettie Paige coquetear con Jimin, hablándole y riendo con esos enormes e inocentes ojos. Jimin parecía encontrarla divertida, la miró y le habló animadamente, moviendo ambos brazos.

Jungkook se dio la vuelta inmediatamente, no tenía derecho a objetar en cuanto a las cosas que hacía Jimin. Se dirigió a la cocina y trató de encontrar alguna tarea para distraerse. Había varias tazas en el lavabo así que abrió el grifo de agua caliente para poder lavarlas.

-Bueno, bueno. Así que tú eres el pequeño duende que mantiene este lugar limpio -dijo la chica Bettie Paige, parada en el umbral de la puerta con sus manos sobre las caderas, en una de ellas tenía una fusta-. ¿O debería decir hada?

-Trabajo aquí -dijo Jungkook, se sentía estúpido e inútil.

La chica caminó hacia él, sus delgadas caderas se mecían lascivamente, acentuadas por su ajustado traje de cuero. Mientras se acercaba a Jungkook, este pudo notar que no llevaba ropa interior, llevaba puesto un bustier y botas que le llegaban hasta el muslo, los tacones eran tan altos y puntiagudos que sus pasos lentos eran más por necesidad que por elección.

-Con tu apariencia, creí que eras un modelo.

-Soy modelo a media jornada -murmuró Jungkook. Su perfume le hacía pensar que tenían una especie de cercanía y arrugó la nariz asqueado.

-¿Y eres homo como todos los otros chicos lindos? -preguntó impertinentemente-. ¿O solo eres gay a media jornada? -Levantó la fusta y acarició la barbilla de Jungkook con ella.

El fotógrafo → JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora