El domingo fue un día de descanso para los dos. Jungkook durmió gran parte del día y Jimin caminaba descalzo y de puntitas por el umbral de la puerta para mirarlo, no quería que se diera cuenta. Se dijo a sí mismo que hacía eso simplemente porque el muchacho era muy bello.
Jungkook mantuvo una ligera sonrisa en el rostro mientras abrazaba su almohada, la forma en la que mecía sus caderas hacía que Jimin se sintiera solo, sin importar cuantas veces se dijera que era una estupidez, no podía evitarlo.
Cada vez que Jungkook suspiraba o cambiaba de posición, Jimin salía corriendo en su dirección. Entre sus cortas visitas, lavó su ropa y la que encontró esparcida por el apartamento de Jungkook. Incluso la dobló, sonriendo al pensar que sus papeles se habían invertido. Él era un dominante y hacía el aseo para su sumiso.
Cuando llegó el atardecer, Jimin pidió comida china y ordenó lo que pensó que le gustaría a su chico.
El lunes por la mañana, encontró a Namjoon zapateando impacientemente, con los brazos cruzados y recostado contra la puerta del estudio.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron comenzó a hablar con sarcasmo.
—Hasta que por fin decidiste venir a trabajar. ¿Qué ha pasado?
Jimin estaba caminando lentamente, con un brazo alrededor de Jungkook, que estaba ligeramente dolorido y cojeaba.
—A Jungkook le molestó la cadera el sábado por la noche después de que regresamos de la cena. Todavía no está del todo bien. Tuvo que tomar otra píldora esta mañana y no quise dejarlo solo.
Namjoon caminó hacia ellos con los brazos extendidos.
—Yo lo sostengo, tú abres.
Jimin rio.
—Buen intento. Toma las llaves y abre la puerta.
Namjoon sonrió.
—Al menos lo intenté.
Jungkook sonrió ligeramente, no comprendía por completo el intercambio entre los dos hombres.
—Lo siento Namjoon, pero creo que no podré hacer mucho hoy.
Este lo miró por encima de su hombro.
—No es problema. Haremos todo lo que no requiera tu presencia. Ve a descansar, chico. —Para ese momento, ya había abierto la puerta y los tres hombres entraron,
Jimin se llevó a Jungkook a su oficina. La manta continuaba sobre el sofá, así que la levantó, acomodó al chico sobre un costado de su cuerpo con una almohada sobre la cabeza y otra entre sus rodillas.
Luego colocó la manta sobre él.
—Descansa, cariño. No te preocupes por nada. Estaré afuera si necesitas algo, ¿de acuerdo?
—Sí — suspiró y se relajó mientras la pastilla surtía efecto.
Esperó que Jimin lo follara otra vez esa mañana, pero el hombre mayor lo dejó solo en la habitación de huéspedes la noche anterior después de cenar.
Después de pasar una noche solitaria cambiando de posición sobre la cama, pensando que pudo haber hecho mal o que fue lo que no hizo. Jungkook finalmente se despertó en la mañana en una posición perjudicial para su cadera.
Namjoon miró cómo Jimin pasó una mano por los rizos sedosos. Los ojos de Jungkook se cerraron y se quedó dormido, obviamente estaba bajo la influencia de las pastillas que Jimin le dio.
—¿Está bien? —susurró.
Jimin se dirigió a la salida y cerró la puerta.
—Tuvo una especie de accidente unos años atrás. Todo lo que me dijo fue que lo operaron por algo y que por lo general no le causa problemas. No conozco la historia por completo, pero si está bajo estrés o en la posición errónea, le dan calambres.
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El fotógrafo → JiKook
FanficJeon Jungkook necesitaba de manera urgente un empleo para cubrir los gastos que necesitaba para la universidad, por lo cual él acepta trabajar como asistente para un infame e enigmático fotógrafo Park Jimin. Trabajar para Jimin durante una sesión f...