IX

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Jimin sacó despacio sus dedos de su interior. Dejó a Jungkook arrodillado y se fue a lavar las manos, luego tomó una toalla húmeda y limpió a Jungkook. Le quitó la venda de los ojos y el joven los abrió y le sonrió con placer.

—Gracias, señor. Eso fue…

—Estoy seguro de que te gustó, a pesar de que no querías —le molestó Jimin.

—¿Qué hay de usted, señor? ¿Qué puedo hacer para darle placer? ―preguntó Jungkook con
ansiedad.

Jimin se sentía complacido de que le ofreciera servirlo. Levantó al joven del sillón, consciente de su poca movilidad debido a la barra separadora y lo arrodilló en la alfombra.

Se paró frente a él.

—Saca mi pene.

Con dedos temblorosos, Jungkook abrió los pantalones de Jimin y los bajó ligeramente, no quería que el cierre entrara en contacto con su piel.

Descubrió que Jimin usaba bóxer también. Levantó la mirada para pedir permiso y el fotógrafo asintió.

Jungkook sacó el pene del hombre por la abertura de la ropa interior y se le escapó el aliento. Se le había olvidado que el pene de Jimin fuera tan grande. Notó que goteaba y sin pensarlo, se acercó para probar una gota con su lengua. Era salado y amargo, con un ligero toque dulce. No estaba seguro de si le agradaba el sabor.

—Usa tus manos, mastúrbame —le ordenó Jimin.
Jungkook se lamió las manos y exploró el miembro entre sus manos con emoción. Tentativamente, lamió la vena que resaltaba en la parte de abajo y miró hacia arriba cuando Jimin jadeó.

Disfrutando su éxito se sintió poderoso al saber que podía darle placer al hombre mayor. Jungkook incrementó la presión con sus manos, preguntándose si se atrevía a acariciar los testículos de Jimin sin su expreso permiso.

Se dio cuenta de que estar arrodillado en esa posición no le daba mucho equilibrio, el ángulo era incorrecto. Se acercó y lamió con timidez la cabeza del pene frente a él.

Las caderas del hombre se sacudieron hacia adelante mientras sentía la cálida lengua del joven. Observó mientras Jungkook se quedaba mirando su pene erecto con fascinación.

Jungkook cerró los ojos e inhaló, sus hermosas pestañas se sacudieron sobre sus mejillas. Jimin olía a lujuria y almizcle. Se acercó y frotó su mejilla contra el poderoso miembro entre sus manos, disfrutando la sensación del duro pene contra su rostro. Abrió la boca y succionó la punta, movió su lengua por toda la longitud de su verga y aprendió cada detalle de esta.

Jimin casi se corrió en ese instante, mirando cómo Jungkook lo succionaba. Jamás se imaginó que el chico estaría listo para eso, no se lo habría pedido, pero la caliente succión y esos suaves labios eran tan irresistibles, que no pudo alejar a Jungkook, a pesar de que no estaba obedeciendo sus órdenes.

Jungkook introdujo toda la longitud en el interior de su boca y terminó sintiendo náuseas cuando la cabeza del pene tocó su garganta. Sintió que los dedos de Jimin acariciaron su cabello y halaron con gentileza sus rizos.

—Tómatelo con calma. No tienes que introducirlo todo la primera vez, Pet. Relájate y hazlo más
despacio. Relájate, descubre lo que se siente al tener una verga dura en tu boca.

Su propio pene comenzó a levantarse. Jungkook se preguntó si algún día lograría estar frente a Jimin sin endurecerse. Solo escuchar su voz hacía que el cerebro del joven se enfocara en su miembro. Jungkook no podía pensar más, solo podía sentir la suave piel cubriendo el rígido músculo que llenaba su boca de manera satisfactoria.

El fotógrafo → JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora