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Después de dar vueltas toda la noche en la cama, Jungkook se levantó en la mañana, exhausto y con círculos oscuros debajo de sus ojos. Se había masturbado seis veces durante la larga noche, recordando esa seductora voz que le susurraba cosas pecaminosas al oído mientras miraba su pervertida imagen en la pantalla y dos manos fuertes lo dejaban inmóvil.
Sabía que Jimin lo había dejado ir, el hombre era lo suficientemente fuerte para mantenerlo en ese lugar en contra de su voluntad si así lo deseaba. Fue el hecho de que Jimin le permitiera escapar lo que hizo que Jungkook confiara más en él.
Jamás había tenido fantasías como esas, pero admitió ante sí mismo que le excitaba mucho pensar que Jimin lo había estado sosteniendo, que pudo haberle dado la vuelta y azotarlo.
Incluso se preguntó cómo se sentiría esa pala de cuero.
Jamás sospechó que podría tener el deseo de ir a la cama con un hombre, pero en todo lo que podía pensar era en su añorada recompensa, estar de rodillas, bajo el control de Jimin, con el pene del otro hombre en la boca.
Jungkook soñó con el aroma y sabor del otro hombre.
Sabía que Jimin era grande, llenaba de manera adecuada sus pantalones y no era del tipo de hombre que usaría relleno. También tenía un bello trasero.
Jungkook se percató del hecho de que estaba frotando su pobre pene dolorido y se detuvo a sí mismo, horrorizado por haberse fijado el trasero del otro hombre. La emoción a lo desconocido lo excitaba como nunca antes lo había hecho, incluso mucho más que las chicas con las que salió y conquistó. Aún después de haber tenido el estímulo visual de hermosas mujeres vestidas con ropa para sadomasoquismo.
Pero no había duda al respecto, iría a la sesión fotográfica. Jungkook no se consideraba muy valiente, pero no había forma de que pudiera huir de eso. Tenía que saber. Tenía que volver a mirar a Jimin a la cara.
•••
Jimin se sorprendió cuando Jungkook llegó un poco más temprano, percatándose de que la puntualidad de su asistente había mejorado desde aquella noche memorable, pero hoy el joven caminaba más erguido, miró a Jimin sin temor a los ojos por primera vez esa semana.
El maquillador llegando con su asistente, detuvo cualquier intercambio que pudo haber compartido con Jungkook mientras Adam entraba con todos sus artículos. Luego Jungkook se distrajo organizando a los modelos y preparándolos.
Namjoon llegó y Jungkook se marchó a por café y pastelillos para el desayuno.
—¿No crees que deberías contratar a un asistente temporal para que ayude a Jungkook? —preguntó Namjoon mirando al joven—. Soportaré sus comentarios, pero no lo quiero tan cansado que se quede dormido mientras hacemos la sesión fotográfica.
Jimin miró a Namjoon con la boca abierta.
—Jamás me pasó eso por la mente.
—Tonto —dijo Namjoon, golpeando a Jimin en la cabeza—. Mandaré a alguien de mi oficina.
No quiero que el chico piense que está siendo reemplazado. Traeré a mi asistente.
—Dirás a mi antiguo asistente —respondió Jimin.
—Ah, no te pierdes mucho, confía en mí —dijo Namjoon seductoramente—. A Taehyung no le gustan los azotes. Ya lo superé, pero es una persona muy eficiente y no tengo nada que esconder de él.
—Bien —Jimin se rio—. Me alegra escuchar que Taehyung puede anotar en tu agenda tus compromisos pervertidos sin espantarse.
Jungkook pateó la puerta para abrirla, tenía las manos llenas y Namjoon salió corriendo para ayudarle.
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El fotógrafo → JiKook
FanfictionJeon Jungkook necesitaba de manera urgente un empleo para cubrir los gastos que necesitaba para la universidad, por lo cual él acepta trabajar como asistente para un infame e enigmático fotógrafo Park Jimin. Trabajar para Jimin durante una sesión f...