Epílogo

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Jimin abrió la puerta y ayudó a Jungkook a entrar, luego la cerró y empujó al chico contra ella, atacó sus labios como si nunca antes se hubieran besado.

Jungkook abrió la boca, luchó con la lengua de Jimin por la supremacía,

Demandando lo que le correspondía de forma hambrienta.

Jimin lo sujetó del cabello y rompió el beso para ver esos hermosos ojos oscuros.

—A pesar de todo, ¿todavía me amas?

—¿Me amas? —preguntó descaradamente Jungkook.

—Lo hice desde el momento en el que te vi. Solo me mentí a mí mismo —Admitió Jimin—. Te deseaba tanto...

—Me tienes. Tómame, soy todo tuyo.

—Aquí no, en mi cama —dijo Jimin. Lo guió inmediatamente a la planta superior, sin preocuparse de encender las luces hasta que llegó a su dormitorio.

Soltando a Jungkook para encender unas velas.

Luego volvió a mirarlo, lo levantó del suelo sosteniendo cada glúteo del joven con las manos. Jungkook lo rodeó con las piernas y besó al otro hombre mientras este lo llevaba a la cama.

Rio cuando Jimin lo lanzó sobre el colchón, rebotó y casi cae del otro lado.

Con una severidad fingida Jimin dijo—: No puedo permitir que mi sumiso se ría de mí. Tendré que enseñarte una lección.

—Sí, enséñeme una lección, Amo —dijo Jungkook con la voz llena de deseo.

Extendió los brazos para Jimin que se acercó a besarlo con pasión.

Lo tomo por la rodilla y lo acercó a la orilla del colchón, su trasero quedó colgando. Jimin le abrió los pantalones de cuero y luchó por quitárselos de las largas piernas. Jungkook se movió para ayudarle con la lucha. Con un grito triunfal, Jimin se deshizo de la prenda.

Luego lo soltó para quitarse la ropa y gruñó.

—Esta es la razón por la que no me gusta usar cuero. Es tan pegajoso, ¡especialmente cuando matarías por desnudarte! ¡Ve por los implementos!

Jungkook rio de felicidad, miró cómo su amante saltaba con una sudorosa pierna atrapada en el pantalón hasta que su fuerza extrema ganó. Jungkook le mostró el lubricante y sus dedos se tocaron cuando lo tomó.

Enfocaron sus miradas el uno en el otro y la sonrisa desapareció del rostro de Jungkook al notar la intensidad de la mirada de Jimin

—Siempre te amaré, Jeon Jungkook.

—Siempre te amaré, Park Jimin. Siempre te he amado.

Jimin toma una de sus gruesas pierna y la colocó sobre su hombro. Jungkook dejó que la otra cayera a un lado y se abrió para él.

—Eres tan bello y eres todo mío. Por siempre mío —murmuró Jimin, feliz de ver el cuerpo del chico dorado, que no podía ocultar la emoción que sentía, sobre su cama.

Lubricó sus dedos, se sorprendió al darse cuenta de que temblaban, como si fuera la primera vez que lo tomaba.

Jimin introdujo sus dedos en el ano del chico, lo dilató con gentileza, aunque estaba temblando por la necesidad que sentía de enterrar su pene en el interior. Retiró los dedos, colocó su rodilla derecha sobre la cama al lado de Jungkook y el pie izquierdo en el suelo para apoyarse.

Jungkook levantó el trasero para recibir la invasión, pasó sus manos por los brazos de Jimin y abrió los ojos, mirando al hombre que estaba por tomarlo.

El fotógrafo → JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora