El fotógrafo → JiKook

XVII

—Inmovilizadores―dijo Namjoon con deleite. Levantó un par de esposas hechas de cuero rosa con decoraciones de plata. Jimin las tomó y rio.

—¿Con cierres de velcro? Namjoon, ¿qué te pasa?

Nam le sonrió con placer.

—Algo para todos, desde los perezosos hasta los incapacitados. Todos deberían poder practicar el bondage.

—Muy cierto —admitió Jimin—. No se me había ocurrido. —Tocó otro juego, que estaba hecho de cuero color vino tinto con líneas negras y tenía hebillas de metal unidas por anillas en forma de D, eran brillantes y grandes. Se imaginó cómo podrían lucir las muñecas de Jungkook atadas atrás de su espalda con unos de estos juegos.

—Mira este juego, es un cinturón que va alrededor de la cintura del sumiso, luego sus brazos pueden ser sujetados detrás de su espalda con esposas.

Una pieza adicional puede adherirse al collar y puede ser ajustado para usarse en los muslos con las muñecas atadas a ellos.

—Muy creativo —aprobó. Su mirada parecía distante mientras imaginaba cómo hacer la toma—. Quizás podamos usarlo en negro para Jackson, se vería bien con el collar y el cinturón.

—¿Y el rojo para Jungkook? —preguntó con timidez Namjoon.

—¿Y el verde para Taehyung? —le respondió molesto.

—Quizás con el tiempo —dijo Namjoon, su mirada cambió y se dirigió a la cocina donde se encontraba el hombre joven.

Jackson se deprimió mientras esperaba a que le dieran su siguiente disfraz. Esperaba que Namjoon se encariñara con él después de la primera noche que pasaron juntos, pero luego ese bajo y regordete chico con los hermosos ojos verdes había llegado arruinándolo todo.

Jimin notó los signos de un crío que estaba por tener un berrinche y se acercó a él.

—Ni lo pienses —le dijo a Jackson—. Te están pagando para modelar, no para ser un esclavo sexual. Guárdalo para un club.

Jackson asintió.

—No muchos pueden usar un bastón como Namjoon. —No pudo evitar decir ese ultimo comentario.

—Te dejó deseando más, ¿no? —preguntó Jimin asintiendo empáticamente—.No creo que quieras enojarlo con un comportamiento tan poco profesional. Eso podría tener un mayor impacto en tu billetera que en tu trasero.

—Tienes razón —suspiró Jackson—. Es solo que es muy difícil encontrar a un buen dominante.

Jimin rio.

—Ponte el disfraz y sal para que podamos atarte.

Jackson le mostró una sonrisa reacia.

—No tienes idea de lo dura que me ponen estas tomas.

—Tenemos arneses o anillos si necesitas un poco de ayuda —dijo Jimin con una sonrisa.

—Está bien. Puedo controlarme —dijo Jackson desafiante.

—¿Hay algo para mí hoy? —preguntó Jungkook, se le hizo agua la boca cuando miró cómo Jimin deslizaba sobre sus gruesos dedos las esposas de cuero.

—Creo que me gustaría verte con estas —dijo Jimin pensativamente—. Ve con Namjoon y pídele que te de uno de esos pantalones de cuero que te llegan a la cadera. En negro estará bien.

—Solo hay en negro —suspiró Jungkook—. Qué poca imaginación.

Jimin rio.

—¿De qué color te gustarían?