Sufrimiento

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Hiori estaba en su casa durmiendo, luego de haber vuelto de Blue Lock. Luego de acostarse mira la hora, eran las 00:00hs. Estaba cansado, pero aún con los ojos cerrados, se mantiene pensativo. Lo qué menos quería en el mundo era volver a su casa. Tener que aguantar a sus padres, sus discusiones, ver como no les importaba en lo absoluto su presencia, claro. Si no tiene que ver con el fútbol. Aunque también tenía una incógnita. Se preguntaba si quizás, ellos habían cambiado. Luego de varios llenarse la cabeza con sus odiosos padres, se retira de esos pensamientos y empieza a recordar a sus amigos en Blue Lock. En especial a alguien, aunque ya lo conocía de antes, le sorprendió lo bien que se mantenía de mediocampista. Sí, ese era Karasu. Él no sabía porqué pero sentía que con el pelinegro tenía una gran confianza. Incluso reía por lo bajo al recordar como quizás, Tabito le había coqueteado en el partido contra la Sub-20.
"bonitas piernas".

-Ah, sos un pelotudo, Karasu. - Pensaba hiori.

Recordaba bien los pases que le entregaba a éste. Y como luego se los agradecía. Simplemente era gracioso y satisfactorio.
También recordó como en un momento Otoya, le decía que tenía una voz muy femenina. Y como Karasu se había enojado. Fue tierno, sinceramente.

- otaku pelotudo cerra el ortoo
- perdón, hiori. Éste pajero no sabe que existen límites de confianza.

Hiori seguía recordando momentos de su estadía en esa prisión azul. Hasta que al fin pudo conciliar el sueño.

Eran las 13:00hs. Éste despertó de golpe. No fue por su alarma, el había puesto su alarma a a las 15:30. Lo que lo despertó fue horrorosamente fue un grito de su madre. Al parecer, estaban discutiendo de vuelta. Hiori se vuelve a recostar aunque triste, seguía escuchando la discusión. Quiso seguir durmiendo, pero era imposible con esas odiosas voces, gritando. Insultando. Odiaba eso. Quería desaparecer en ese momento.
Decidió agarrar sus auriculares y comenzar a escuchar musica. A todo volúmen, así no pensaba en nada más. De pronto vibra su celular, lo mira y ve qué le había llegado un mensaje.

Yukii-
chee hioriii querido, querés venir al shopping? el qué queda entre 5 y 57. Estamos con otoya, aryu, chigiri y kunigami. Pelotudeando, pero mientras más seamos, mejor.

holaa yuki-

noo mira discúlpame, estoy un toque ocupado ahora :/

-Uhh bueno, tranqui no pasa nada rey. Nos vemoss.

Hiori cierra WhatsApp, mira la hora. 13:48pm.
Sorprendentemente no tiene hambre. Estaba muy aburrido, probablemente iba a jugar videojuegos en la computadora. De hecho, la prende. Pero rápidamente se dirige al baño, pasa por la cocina y no hay nadie, ve que sus botines verdes y rosas están ahí. Aunque el nunca fue muy fan del fútbol, sentía unas pequeñas ganas de jugar, pero dejó de verlo y siguió su camino al baño. Se cepilla y lava la cara. Antes de salir escucha un grito fuerte. Eran sus padres, eso no lo sorprendía tanto, aunque sonará enfermizo, ya estaba acostumbrado a eso. Pero al abrir un poco la puerta, ve como su padre, le da un cachetazo a su madre. Quedó en shock, no supo como reaccionar, se tapó la boca, cerró la puerta del baño, se sentía ahogado. Empezaron a salir lagrimas de sus ojos celestes. Comenzó a sentirse agitado. Nunca había visto algo así entre sus padres. Se sentía pésimo, pero no por el golpe que le habían dado a su madre, ni tampoco la razón de porqué lo hizo su padre. Sino qué él era la razón de porqué ellos siempre peleaban. O eso pensaba. Creía que si no hubiese existido, ellos nunca se habrían conocido. Triste, abrió la canilla, y se lavó la cara. También le molestaba el hecho de tener una aparencia tan femenina. No encajaba para nada. Incluso pensaba qué era mejor no existir, le solucionaría los problemas a todos.

Luego de tener esos pensamientos, abre la puerta verificando qué ya no haya nadie. Se dirige directamente hacía su habitación. Toma su mochila, agarra guarda sus botines, comienza a cambiarse. Se coloca un pantalón corto, un poco apretado. Pese al frío, le daba totalmente igual. Una remera manga larga, color negra. Por encima, un buzo totalmente negro, un poco grande para él.
Agarra su celular, mira la hora, eran las 14:10pm, toma una botella de agua, y un paraguas. Sale de su casa rápidamente, está decidido en ir a la cancha, a despejarse, y así estar lo más lejos de sus padres. Llega a la cancha y nota qué no hay nadie. Eso en parte le alegra. Tira el balón al suelo, se coloca los botines. Empieza un mini calentamiento, mientras recordaba jugadas que veía y quería imitar. Recuerda en su paso por Blue Lock. Los tiros de Karasu. Quiere intentarlo, el primero dió en el travesaño. El segundo entró, pero fue muy flojo. Estuvo así durante varios minutos hasta que nota una presencia en el otro arco. Alguien con botines negros y la camiseta número 10. Le llamó un poco la atención la estética del chico. Vio sus dos primeros tiros, sorprendido por la curva, aunque no habían entrado. Eran bastante buenos, parecían de alguien que llevaba tiempo entrenando ese estilo de disparo. Interesado, quiere acercarse a preguntarle al chico sobre la curva del tiro. Ya qué podría utilizar esa curva en sus pases. Era una excelente idea. Va directo hacía el chico. Pero mientras más se acercaba, más conocido se le hacía, estaba seguro de qué ese pelo lo había visto en algún lado...

Hasta qué finalmente le habla, y se da cuenta de la mala suerte que tiene, qué justo se viene a encontrar con ESE chico.

 C I E L O ~ C U E R V O  ( blue lock ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora