𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟕

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El centauro y el chivatazo

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── —𝕾𝖚𝖕𝖔𝖓𝖌𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖆𝖍𝖔𝖗𝖆 𝖑𝖆𝖒𝖊𝖓𝖙𝖆𝖗𝖆́𝖘 𝖍𝖆𝖇𝖊𝖗𝖙𝖊 𝖉𝖆𝖉𝖔 𝖉𝖊 𝖇𝖆𝖏𝖆 𝖉𝖊 𝕬𝖉𝖎𝖛𝖎𝖓𝖆𝖈𝖎𝖔́𝖓, ¿𝖛𝖊𝖗𝖉𝖆𝖉, 𝕳𝖊𝖗𝖒𝖎𝖔𝖓𝖊? —comentó Parvati con una sonrisita de suficiencia.

Era la hora del desayuno, dos días después del despido de la profesora Trelawney, y Parvati se estaba rizando las pestañas con la varita y examinaba el resultado en la parte de atrás de una cuchara. Aquella mañana iban a tener la primera clase con Firenze.

—Pues no, la verdad —contestó Hermione con indiferencia mientras leía El Profeta—. Nunca me han gustado los caballos.

Pasó la página del periódico y echó un vistazo a las columnas.

—¡No es un caballo, es un centauro! —exclamó Lavender, indignada.

—Un centauro precioso, por cierto —añadió Parvati.

—Ya, pero sigue teniendo cuatro patas —comentó Hermione fríamente—. Además, ¿ustedes dos no estaban tan disgustadas porque habían despedido a la profesora Trelawney?

—¡Y lo estamos! —le aseguró Lavender—. Fuimos a verla a su despacho y le llevamos un ramo de narcisos, y no eran de esos que graznan de la profesora Sprout, sino unos muy bonitos.

—¿Cómo está? —preguntó Soleil.

—No muy bien, pobrecilla —respondió Lavender con compasión—. Se puso a llorar y dijo que prefería marcharse para siempre del castillo a permanecer bajo el mismo techo que Dolores Umbridge, y no me extraña, porque la profesora Umbridge ha sido muy cruel con ella, ¿no les parece?

—Tengo la sospecha de que la profesora Umbridge no ha hecho más que empezar a ser cruel —dijo Hermione misteriosamente.

—Imposible —terció Ron, que se estaba zampando un gran plato de huevos con beicon—. No puede volverse peor de lo que es.

—Ya verás, intentará vengarse de Dumbledore por haber nombrado a un nuevo profesor sin consultarlo con ella —sentenció Hermione mientras cerraba el periódico—. Y más aun tratándose de un semihumano. ¿Se fijaron en la cara que puso al ver a Firenze?

Después de desayunar, Soleil y Hermione se dirigieron a clase Aritmancia. Soleil admitía que sentía cierta curiosidad por la clase de Adivinación que iba a ser impartida ahora por Firenze, Harry lo había contado que lo había conocido en primer año en un castigo que tuvo en el Bosque Oscuro y que a su parecer era muy diestro para la adivinación.

—¿Quieres que nos sentemos hasta el final? —le preguntó Hermione cuando se hubieron alejado de los demás.

Soleil negó y doblaron hacia la izquierda. —No, como ya no tenemos que practicar a menudo no estoy cansada, sentemos adelante, quiero ponerme al día con las explicaciones de la profesora Vector.

𝑮𝒓𝒚𝒇𝒇𝒊𝒏𝒅𝒐𝒓 ² [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora