𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟒

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El Departamento de Misterios

El Departamento de Misterios

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── 𝕾𝖔𝖑𝖊𝖎𝖑 𝖊𝖓𝖗𝖊𝖉𝖔́ 𝖋𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖆𝖓𝖔 𝖊𝖓 𝖑𝖆 𝖈𝖗𝖎𝖓 𝖉𝖊𝖑 𝖙𝖍𝖊𝖘𝖙𝖗𝖆𝖑 𝖖𝖚𝖊 𝖙𝖊𝖓𝖎́𝖆 𝖒𝖆́𝖘 𝖈𝖊𝖗𝖈𝖆, 𝖕𝖚𝖘𝖔 𝖚𝖓 𝖕𝖎𝖊 𝖘𝖔𝖇𝖗𝖊 𝖚𝖓 𝖙𝖔𝖈𝖔́𝖓 y se subió con torpeza al sedoso lomo del animal. El thestral no se resistió.

Ésta encontró la manera de apoyar las rodillas detrás de las articulaciones de las alas, con lo que se sentía más segura; luego se volvió y miró a sus compañeros. Neville se había subido al lomo de otro thestral e intentaba pasarle una pierna por encima. Luna ya se había montado de lado en el suyo, y se estaba arreglando la túnica como si hiciera aquello a diario. Harry estaba ya montado y su thestral lamía su túnica lo más que podía. Ron, Hermione y Ginny, en cambio, seguían de pie y sin moverse, boquiabiertos y mirando a los demás.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry.

—¿Cómo quieres que los montemos? —dijo Ron con voz queda—. Si nosotros no podemos ver a esos bichos...

—¡Ah, es muy fácil! —comentó Luna; se bajó solícitamente de su thestral y fue hacia donde estaban Ron, Hermione y Ginny—. Vengan aquí...

Los guió hacia donde se hallaban los otros thestrals y, uno a uno, los fue ayudando a montar. Los tres parecían muy nerviosos mientras Luna les enredaba una mano en la crin del animal y les decía que se sujetaran con fuerza; luego Luna volvió a montar en su corcel.

—Esto es una locura —murmuró Ron palpando con la mano que tenía libre el cuello de su caballo—. Es una locura... Si al menos pudiera verlo...

—Yo en tu lugar no me quejaría de que siga siendo invisible —dijo Harry siniestramente—. ¿Están preparados? —Todos asintieron, y Harry vio seis pares de rodillas apretándose bajo las túnicas. —Este... ¿Cómo lo hago volar?

—A ver... —mumuró Soleil y miró la parte de atrás de la reluciente y negra cabeza de su thestral y tragó saliva—. Bueno, entonces... Ministerio de Magia, entrada para visitas, Londres —indicó, vacilante—. No sé si... sabrás...

Al principio el thestral de Soleil no se movió, pero poco después desplegó las alas con un contundente movimiento que casi derribó a la chica; el caballo se agachó un poco e inmediatamente salió disparado hacia arriba; subía tan deprisa y de forma tan vertical que Soleil tuvo que sujetarse con brazos y piernas a su cuerpo para no resbalar hacia atrás por la huesuda grupa. Cerró los ojos y pegó la cara a la sedosa crin del thestral, y ambos subieron volando entre las ramas más altas de los árboles y se elevaron hacia una puesta de sol de color rojo sangre.

𝑮𝒓𝒚𝒇𝒇𝒊𝒏𝒅𝒐𝒓 ² [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora