𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟔

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Reunión en Cabeza de Puerco

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── 𝕹𝖔 𝖘𝖊 𝖛𝖔𝖑𝖛𝖎𝖔́ 𝖆 𝖒𝖊𝖓𝖈𝖎𝖔𝖓𝖆𝖗 𝖑𝖆 𝖎𝖉𝖊𝖆 𝖉𝖊 𝖖𝖚𝖊 𝕳𝖆𝖗𝖗𝖞 𝖑𝖊𝖘 enseñara Defensa Contra las Artes Oscuras hasta al cabo de dos semanas.

Sol y Hermione habían adoptado la manía de hablar antes de irse a dormir, algo que a las dos, muy dentro de su conciencia las reconfortaba de cierta manera deshaciéndose de secretos y remordimientos que guardaban; por otro lado, Harry (quien no estaba seguro de que las palabras que tenía grabadas en el dorso de la mano llegaran a desaparecer del todo) ya había terminado los castigos con la profesora Umbridge; Ron había asistido a cuatro entrenamientos de quidditch más, y en los dos últimos no le habían gritado; y los cuatro amigos habían conseguido hacer desaparecer sus ratones en la clase de Transformaciones (es más, Hermione y Sol habían progresado y habían hecho desaparecer gatitos), antes de que volvieran a abordar el tema durante una desapacible y tempestuosa tarde de finales de septiembre, cuando estaban sentados en la biblioteca buscando ingredientes de pociones para un trabajo que les había encargado Snape.


—Harry —dijo de pronto Hermione—, ¿has vuelto a pensar en la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras?

—Pues claro —repuso Harry malhumorado—. ¿Cómo vamos a olvidarla, con la arpía que tenemos de profesora?

—Me refería a la idea que tuvimos Sol, Ron y yo... —Ron, alarmado, le dirigió una mirada amenazadora a Hermione, quien frunció el entrecejo y rectificó—: De acuerdo, de acuerdo, a la idea que tuvimos Sol y yo de que nos dieras clase.

Sol quien solo se limitaba a escuchar, copio en un trozo de pergamino algo de lo que parecía de mucha relevancia para su tarea.

Harry la observó de reojo, pero no contestó enseguida. Fingió que leía detenidamente una página de Antídotos asiáticos.

Lo cierto era que durante aquellas dos semanas había reflexionado mucho sobre aquel tema. A veces le parecía una idea descabellada, como le había parecido la noche que Hermione y Sol se la propusieron, pero otras se sorprendía a sí mismo pensando en los hechizos que más le habían servido en sus diversos enfrentamientos con mortífagos y criaturas tenebrosas; y no sólo eso, a veces se sorprendía a sí mismo planeando inconscientemente las clases...

—Bueno —dijo con lentitud, pues ya no podía continuar simulando que le interesaba muchísimo Antídotos asiáticos—. Sí, he pensado un poco.

—¿Y? —preguntó Sol de la nada, esperanzada.

—No lo sé —dijo Harry intentando no tartamudear. Luego levantó la cabeza y miró a Ron.

𝑮𝒓𝒚𝒇𝒇𝒊𝒏𝒅𝒐𝒓 ² [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora